La calle Barcelona sufrió un cambio radical en los últimos años. Cada vez son más los comercios vacíos, que cuelgan carteles de se alquila o se vende o que directamente permanecen cerrados. La empleada de la zapatería Tojeiro recuerda que "al principio se llegaron a pagar de 2.500 a 3.000 euros" por alquilar un local de tamaño medio. Hace unos meses, sin embargo, un pequeño bajo en el que había una tienda de ropa de caballero se alquilaba, según la dependienta, "por solo 380 euros, menos que lo que se pide por cualquier vivienda".

El cambio en el precio de los alquileres hace que muchos de los negocios de la calle Barcelona busquen renegociar su contrato o incluso cambiar de local. "No es normal que a estas alturas pidan por un kiosco 1.500 euros", afirma un empleado de una tienda de videojuegos que lleva seis años situado en este lugar.

La encargada de la librería Papiro, Raquel Varela, consiguió hace cuatro años el local donde tiene su negocio, en el que antes había otra tienda de las mismas características. Varela tiene una renta antigua hasta el año 2019. "Muchas veces a la larga el traspaso compensa por este motivo, aunque en el momento sea muy caro", asegura. La dueña de la librería afirma que los bajos de esta calle siempre estuvieron alquilados y que cambiaron muchas veces de manos, por lo que es normal que la renta antigua se mantenga como una alternativa a los cambios actuales.

Los comerciantes acusan a los centros comerciales como causantes de la mala situación que atraviesan, ya que los pequeños comercios no pueden competir con las comodidades de una gran superficie. "En esta zona la población está envejecida, pero los que más consumen son los jóvenes. Pero no hay reclamos; para empezar, no hay plazas de aparcamiento", dice Luz Presedo, que recalca que la situación "es fruto de una mala gestión, y ahora es muy difícil de remontar".

La vendedora, propietaria de la mercería Susi, ve normal que el precio del alquiler de locales baje en la ciudad, ya que "desde que se marcharon las grandes marcas, el viernes por la tarde y el sábado esto es una calle fantasma".