El éxito de un ambicioso proyecto de gestión urbana en desarrollo como Coruña Smart City, basado en la utilización de un extenso volumen de información y datos al servicio de la administración, las empresas y los ciudadanos mediante el uso de la tecnología más avanzadas, debe asentarse en la implicación de los ciudadanos y las empresas y su conexión con las instituciones, según coinciden quienes desarrollan la iniciativa en el Ayuntamiento, emprendedores de la ciudad y especialistas en tecnologías de la comunicación.

P. Vázquez: El proyecto Smart City de A Coruña se diferencia mucho de los que se desarrollan en otras ciudades. No se trata solo de automatizar farolas o colocar sensores en la calle, sino de integrar toda la información y los sistemas de captación de datos a nivel municipal, en unos casos con pilotos de alcance casi global y en otros algo más limitados. Se está montando una plataforma horizontal abierta al Concello, a empresas de todo tipo y de todas las partes y a particulares que se conecten para que participen tanto leyendo información como generando datos al sistema. Esa es la filosofía. Yo soy físico y los físicos tenemos la manía de medirlo todo, y aquello que mides lo puedes controlar, gestionar y mejorar. Por eso vamos a mejorar todos los procesos de medición de ocupación en las calles, tránsito de autobuses, administración electrónica, riego, eficiencia energética, etcétera. Se trata de integrar esa información y aportar más valor.

A. Rey: Estas iniciativas son además una oportunidad de negocio para los jóvenes empresarios locales, al tener acceso a esa cantidad de datos que es necesario gestionar debidamente y con los que se pueden generar servicios. En la Asociación de Jóvenes Empresarios tenemos firmas TIC y tecnológicas, por eso Coruña Smart City es un proyecto muy atractivo. Es necesario tener medidas las constantes de una ciudad para poder actuar sobre ellas.

J. Díaz: El Centro de Investigación de las Tecnologías de la Comunicación (Citic) se dedica a la investigación aplicada y a la transferencia tecnológica, es decir, los resultados de I+D trasladados a la sociedad. Como Citic participamos en la licitación de la plataforma horizontal y estamos en el consorcio que la desarrolla. Planteamos líneas de investigación futuras si tienen cabida en los pilotos, por lo que nuestro apoyo es continuo, tanto en este como en otros proyectos que interesan al Ayuntamiento. Le transmitimos conocimientos, al igual que a las empresas.

P. Vázquez: Smart City tiene que aportar ventajas al ciudadano en todas las direcciones en las que pueda trabajar o negociar con el Ayuntamiento. ¿Cómo las puede percibir? Pues a través de aplicaciones de móvil que le permitan hacer reclamaciones o recibir información en tiempo real de todo cuanto está ocurriendo en la ciudad o interactuando en gestiones fiscales, administrativas o con facturas electrónicas. Ahí se puede ver claramente el efecto Smart City. Y las empresas, cualquier empresa, pueden notarlo participando en los programas pilotos que se liciten. La idea fundamental es ofrecer servicios e información a la sociedad y fomentar que haya emprendedores que sean capaces de generar herramientas que antes no existían, como por ejemplo la aplicación que te permite saber el estado de las líneas de autobús, donde se encuentran los vehículos y el tiempo que tardarán en llegar a una parada. Y la línea de trabajo es la de no quedarse aislados, sino ampliar el sistema a más ciudades o al entorno metropolitano para que la información tenga más valor.

A. Rey: La aportación de datos es estandarizada, ¿no? ¿Tiene un acceso libre, semilibre o comercial?

P. Vázquez: ¿Comercializar la información? Lo que hay que hacer es ponerla en valor. Puedes hacer dos cosas: o cobrar por ella u obtener valor de la generación de empresas y puestos de trabajo. Yo personalmente apuesto por esto. Acumulamos la información en una gran base de datos y después proveemos de servicios de interconectividad independientes. La forma de interactuar será homogénea, igual para todos.

J. Díaz: El planteamiento de plataforma horizontal sobre la que pivotan todos los pilotos nos parece bueno. En otras ciudades los pilotos no tienen un nexo transversal que los conecte. Lo importante no es solo recoger esa información, un volumen de información que hoy en día nos abruma, sino tratarla, cribarla, estructurarla y sacarle un partido óptimo para todos los servicios del Ayuntamiento.

A. Rey: Desde el punto de vista tecnológico, las empresas demandábamos un intercambio de información más fluido, es decir, disponer ya de datos y no depender solo de lo que nos proporcionan nuestros propios usuarios para innovar en los negocios.

P. Vázquez: El efecto que genere la aplicación de los programas piloto en los ciudadanos debe ser importante. Mejorar los flujos de tráfico en la ciudad es fundamental, pero eso es de lo que menos va a haber. En cambio, hay proyectos de menos importancia económica, como los pilotos de interacción ciudadana, que tienen más impacto en el público y son más fáciles de ver. Hay pilotos de eficiencia energética que son totalmente transparentes, con un efecto muy alto desde el punto de vista de la gestión pero menos visibles para el ciudadano. Si ahorras un 20% de energía en todos los edificios municipales, hombre, el efecto final generado es importante, y ese dinero ahorrado se puede reinvertir. También se ahorra regando cuando haga falta, porque suena patético que se riegue cuando llueve; el programa preparará el sistema de riego para que no se active cuando sabe que va a llover. Hay muchos más ejemplos.

A. Rey: Yo creo que el potencial inteligente de una ciudad reside en su gestión integral. Para convertir una ciudad en un ecosistema sostenible y que evolucione tiene que tener un sistema integral de gestión, tanto de la administración como de los ciudadanos, que tienen que sentirse cómodos en la ciudad y saber utilizar los servicios a lo largo del día.

J. Díaz: Una smart city se va construyendo poco a poco y a lo largo del tiempo. Los pilares puestos ahora deben garantizar un crecimiento óptimo y factible del proyecto. Los ciudadanos tiene que ver que la ciudad es inteligente y útil.

P. Vázquez: El proyecto Smart no se puede restringir a la financiación europea que tenemos ni a los pilotos que vamos a hacer. El proyecto está integrando más información de la que inicialmente está en los pilotos. Uno de ellos es la gestión individualizada de las zonas de alumbramiento público, que aunque no va a ser parte de un piloto, sí va a ser parte de la smart city. Lo mismo haremos con los sistemas de emergencias. Y hay otra parte fundamental: que a partir de toda la información que aporta Coruña Smart City, el ciudadano también forme parte del concepto Coruña Smart City. No se puede crear una ciudad inteligente si no hay ciudadanos inteligentes, y estos son lo que tienen capacidad de conectarse y de que esté al día de su entorno según la información disponible. Entonces, el ciudadano es el mejor sensor que hay en el Ayuntamiento y son los que más valor van a aportar a la información acumulada.

J. Díaz: En esta habitación, por ejemplo, si queremos reducir el consumo energético de las luces o el calor que hace, la variable a lo mejor no es la intensidad de las bombillas, sino la persona que abre y cierra la puerta todo el día y que la deja abierta. Lo importante es saber tratar la información, discernir las variables correctas de las que no lo son. Quedarse con lo relevante y eliminar lo sobrante, y a partir de eso proveer de servicios a la ciudadanía: tráfico, eficiencia energética, administración?

A. Rey: Supongo que la permanencia a largo plazo del proyecto vendrá determinada por conseguir que el ciudadano entre en el concepto de lo que es una ciudad inteligente y se vayan desarrollando diferentes oportunidades de negocio y de crecimiento dentro de una idea global.

P. Vázquez: Un problema que pudiéramos tener es que el proyecto muriera de éxito. Porque o no llegamos a la ciudadanía o que los ciudadanos no le encuentran interes ni valor. Pero yo creo que debería aportarlo porque hay un tejido empresarial muy importante en A Coruña y su comarca, y además tenemos la mejor facultad de Informática de Galicia. Ese potencial debería poner más en valor lo que estamos haciendo.

A. Rey: Leí hace unos días en la prensa que Rivas Vaciamadrid ganó un premio a nivel europeo para smart cities. Y me llamó la atención porque hicieron cosas puntuales en una población que creció mucho en poco tiempo.

J. Díaz: En esa localidad, ya hace tiempo, estuvieron metidas grandes empresas colaborando con el Ayuntamiento e implantando sistemas para alumbrado público y de centros deportivos o para abrir y cerrar puertas de instalaciones. Entiendo que ese camino hecho se ha traducido ahora en este premio.

P. Vázquez: Rivas Vaciamadrid es un miembro muy activo en la red de ciudades inteligentes. Barcelona ha invertido mucho dinero en pilotos verticales y ahora se preocupa por integrar toda esa información a través de una red transversal. Madrid acaba de sacar la licitación para una plataforma que integre todos sus sistemas de información.

A. Rey: Tiene que haber un feedback, la ciudadanía ha de aportar al proyecto, involucrarse. Porque la información fluye muy rápido.

J. Díaz: Al ciudadano sí se va a llegar. La brecha digital, aunque a la gente mayor aún le cuesta acostumbrarse a las tecnologías, se reduce cada vez más a día de hoy. Las tablets son un avance excepcional. Utilizar un ratón es muy fácil. En el Citic trabajamos en sistemas sobre la televisión, que es el método más fácil de llegar a los ciudadanos.

P. Vázquez: R, que está en el consorcio que crea la plataforma y la oficina técnica del proyecto, también está trabajando en contenidos para ofrecerlos a través de un canal de televisión.

A. Rey: Y yo supongo que A Coruña, por sus recursos que generan oportunidades de negocio, seguirá siendo un foco atractivo para que se instalen empresas.

P. Vázquez: Tenemos que esforzarnos en comunicar todo esto que estamos haciendo para que la ciudadanía sepa qué provecho le puede sacar. En un próximo showroom mostraremos cómo funcionan todos los pilotos de manera muy plástica y quedará expuesto durante un tiempo. Y el resto son acciones de comunicación a todos los niveles: desde un concurso de aplicaciones en la Universidad hasta información en los colegios a los niños, que se acostumbran muy pronto a las herramientas tecnológicas.