El alcalde coruñés, Carlos Negreira, no usa el gallego ni en Portugal. Sus comparecencias públicas en el Concello son mayoritariamente en castellano y, a pesar de que su falar es natural y fluido, no es su opción. Tampoco cuando lo invitan a la Cámara Municipal de Oporto, en donde persistió con su elección y no hizo valer la lusofonía de serie que también le aporta, por cierto, haber nacido en la emigración en Río de Janeiro.