La empresa concesionaria del edificio del hotel Atlántico, Parisiana SA, se propone comprar el edificio al Ayuntamiento o, en que caso de que no se acepte el traspaso, aumentar el canon que abona, que asciende a 2.500 euros anuales a cambio de que se le prorrogue la concesión que, asegura, finaliza en 2020. Así lo aseguró a este diario el presidente de la compañía, Juan Carlos Grijelmo Mintegui, que indicó que próximamente solicitarán una reunión con el actual alcalde, Xulio Ferreiro, para plantear esta oferta.

Según este empresario y abogado bilbaíno, no será la primera vez que una oferta similar llegue a los despachos de María Pita. En enero de 2012 asegura que mantuvo una reunión con el entonces alcalde, Carlos Negreira, a quien le ofreció la opción de compra del inmueble o, en su defecto, una ampliación de la concesión, por la cual la empresa comenzaría a pagar anualmente 75.000 euros desde 2012 y, a partir de 2020, año en que según la empresa finaliza la concesión, aumentaría esta cantidad hasta los 150.000 euros. "Y no volvimos a tener noticias del Concello desde entonces", manifestó.

El empresario asegura que la nueva oferta que presentará al Concello en relación con el cambio de canon quizás no sea la misma que la presentada a Negreira. "Las cantidades a lo mejor tienen que ser actualizadas". Parisiana paga actualmente al Gobierno municipal 2.500 euros al año por la explotación del inmueble que, a su vez, alquila a la cadena hotelera NH por una cantidad que no quiso confirmar, alegando que se trata de un contrato privado, pero que negó que ascendiese a 500.000 euros al año.

El reducido canon que abona actualmente al Concello esta empresa de capital vasco se debe, según la versión de Grijelmo Mintegui, a la inversión de 650 millones de pesetas (3,90 millones de euros) que realizó en el interior del inmueble en 1999. El empresario asegura que el dinero destinado a esas obras hace 16 años todavía fue amortizado en 2014. "Así se puede hacer cualquiera una idea de lo que nosotros recibimos de la cadena hotelera", señaló. De acuerdo con estas cifras, y en caso de que todo lo que Parisiana ingresó de la firma NH fuese destinado en ese tiempo a la amortización de la inversión, la cifra que anualmente recibe la compañía rondaría los 261.000 euros. "A nosotros no se nos ha regalado nada", recalca.

Las últimas elecciones municipales volvieron a poner sobre la mesa la remunicipalización de la concesión. El partido actualmente en el Gobierno, la Marea Atlántica, incluyó en su programa electoral el compromiso de convertir el hotel en una residencia universitaria pública una vez finalice la actual concesión, idea que continúa en pie un mes después de llegar al poder, según informaron a este diario fuentes municipales. Su propuesta también abría la puerta a que, además de las instalaciones para los matriculados en la Universidade da Coruña (UDC), el inmueble albergase viviendas sociales o destinadas a situaciones de emergencia. El contrato finalizaría en 2020, según indicó la empresa que actualmente lo explota.

El anterior Gobierno municipal del Partido Popular también había puesto sobre la mesa en la etapa final de su mandato la posibilidad de recuperar la concesión. Negreira descartaba convertir el inmueble en residencia para estudiantes, como proponían los de Ferreiro, pero apostaba por que la decisión final se hiciese en armonía "con el diseño de toda la fachada marítima", que en el medio plazo preveía peatonalizar desde O Parrote hasta el entorno de la plaza de Ourense.

En relación con esta propuesta del actual Ejecutivo, Grijelmo Mintegui mostró su "respeto absoluto" por la decisión de un equipo salido de las urnas aunque advirtió de que el edificio actualmente da empleo "a más de 100 personas".

Sobre las críticas al diseño de la fachada del hotel, el empresario asegura que en los tiempos del alcalde Francisco Vázquez había propuesto una reforma para acristalar la fachada que, afirma, quedó en los cajones del Concello. "Hay quien dice que quitamos las vistas. No sé a dónde, porque lo que hay delante de nosotros es un centro comercial y un palacio de congresos", arguyó.

Este abogado vasco especializado en asuntos financieros era propietario en los años 90 de la empresa de ingeniería Russula, con sede en el polígono de A Grela, y de cuya participación se desharía finalmente en el año 2000. Precisamente esta circunstancia y el hecho de alojarse en el hotel Atlántico durante sus estancias en la ciudad le llevaron a entablar una relación personal con los anteriores dueños de Parisiana, a quienes les compró, junto con otros socios, la compañía.