Ruido vecinal en la protesta de Casas de Franco: "No vamos a parar"

Cerca de un centenar de afectados por la obra del Concello se concentran para exigir la modificación del proyecto de rehabilitación.

“Esto es una chapuza”, denuncian, para recalcar que el Ejecutivo local tiene “los medios, los asesores y el dinero” 

Los vecinos de las Casas do Franco cortan la Ronda de Outeiro para exigir modificar el proyecto de rehabilitación

Jacobo Caruncho

Prometían salir con fuerza a la calle y lo hicieron. Una vez más. Cerca de un centenar de vecinos de Casas de Franco se concentraron este miércoles junto a las obras paralizadas que afectan a unos 100 metros de acera frente a sus viviendas para exigir al Concello la modificación del proyecto de rehabilitación del entorno de estos edificios. “Que dejen el despotismo y que escuchen a los vecinos. Hay alternativas y no vamos a parar”, reclamaron las personas concentradas, que clamaron al Ejecutivo local que tenga presentes sus reclamaciones con cánticos dirigidos en su mayoría contra la gestión de la alcaldesa y su equipo.

El desacuerdo de los vecinos del grupo de viviendas conocido como Casas de Franco con el proyecto de reurbanización del entorno puesto en marcha por el Concello les llevó a convocar una nueva manifestación, con la que provocaron el corte de tráfico durante media hora en el tramo de Ronda de Outeiro donde se ubican las viviendas afectadas.

Cerca de un centenar de vecinos se concentraron tras una gran pancarta con la que apoyan la reurbanización de la zona pero no de la forma en la ha planteado el Concello. Los afectados rechazan un muro que —denuncian— les aísla, las barreras arquitectónicas, la eliminación de las plazas de aparcamiento y del acceso a servicios como ambulancias, bomberos y taxis o la retirada de los contenedores de la zona.

“Esto es una chapuza”, criticaron los concentrados, para recalcar que el Ejecutivo local tiene “los medios, los asesores y el dinero” para replantear el proyecto y cumplir con las reclamaciones vecinales. “Saben perfectamente que lo pueden hacer”, defendieron.

La elevación de la zona de esparcimiento es uno de los grandes puntos de fricción entre residentes y Concello, ya que los primeros achacan falta de transparencia a la hora de explicar el por qué de optar por esa solución.

Los cables fueron también los protagonistas de esta nueva concentración, con la que los vecinos consiguieron su objetivo: hacer ruido. La decena de personas que encabezaban la comitiva llevaban amarrado un cable en denuncia del tendido eléctrico de la reforma del Concello. “Nuestro tendido iba bajo un metros de profundidad y ahora lo ponen en medio de la plaza”, denunciaron, para pedir una solución también a la “Fenosa poderosa”. Los vecinos denuncian que desconocen si existe o no un informe de la compañía eléctrica obligando al Ejecutivo local al retranqueo, condición inicial de la obra.

Otro punto de desacuerdo entre el Concello y el grupo vecinal es el parterre de metro y medio que, en el proyecto original, rodearía el conjunto de viviendas en paralelo a la ronda de Outeiro. “Si tenemos que ponernos delante de un muro nos pondremos y tiraremos el cemento las veces que hagan falta”, amenazaron las personas concentradas.

De poco sirvió la última reunión mantenida por los vecinos en María Pita con la alcaldesa Inés Rey y representantes municipales, hace menos de dos semanas, un encuentro que ayer mismo tildaron de “manipulación”. “La reunión fue a las 17.00 y a las 18 y pico, cuando aún estábamos reunidos, sacaron un comunicado diciendo que se había alcanzado un acuerdo”, denunciaron en la concentración. “Nosotros fuimos de buena fue”, aseguran, para recalcar que el Gobierno local “debe luchar por la accesibilidad”. “En la próxima visita a María Pita llevamos dinamita. En la próxima manifestación traeremos un cañón”, corearon los presentes

“No nos van a callar", gritaron los residentes de la zona, que amenazan con continuar con las manifestaciones hasta que llegue una solución. “Después de tantas manifestaciones, nos tienen que escuchar”, defendieron.