0-1 | Lucas pone al Dépor a una victoria del ascenso

Un gol de penalti del coruñés decide un partido muy trabajado en Sestao y coloca al equipo ante la opción de ascender el próximo domingo si gana al Barça Atlètic en Riazor

Marcos Otero

Marcos Otero

El fútbol suele reducirse a instantes concretos, y más si cabe cuando se trata de partidos como el que disputaron Deportivo y Sestao. Fue uno de esos con poco atractivo, jugado con demasiada tensión y en el que una acción aislada lo protagonizó todo. Marcará también el futuro más inmediato, porque un penalti transformado por Lucas en la segunda mitad después de un derribo sobre Yeremay coloca al conjunto blanquiazul a las puertas del ascenso. Una victoria el próximo domingo en Riazor contra el Barça Atlètic, que también ganó y mantiene la ventaja deportivista en cuatro puntos, aseguraría el ascenso cuatro años después. Un escenario idílico a falta de tres jornadas.

No podía fallar si quería mantener su ventaja sobre el filial azulgrana, porque desde el primer momento quedó claro que su principal rival por la primera plaza no lo haría. El Deportivo era consciente de que en Las Llanas le esperaba un partido tosco frente a un rival que encadenaba cuatro victorias consecutivas en su campo y que intentaría forzarle a que el duelo se convirtiera en una sucesión de disputas que impidieran una cierta continuidad en el juego. Aceptó el órdago el equipo de Imanol Idiakez, concienciado de que necesitaría una fórmula menos elaborada para encontrar la portería contraria. Estuvo bien el Dépor en ese primer tramo de encuentro para frenar el ímpetu inicial del Sestao, pero el peligro radicaba en que se fuera olvidando de jugar.

Esa amenaza se fue materializando poco a poco, conforme la presión alta del comienzo de los deportivistas se fue diluyendo. No es fácil ejecutarla ante un rival que trata de elaborar poco como lo fue el Sestao para evitar riesgos, pero el Deportivo enseguida se contagió y también empezó a abusar de los lanzamientos en largo para encontrar a unos desaparecidos Mella y Yeremay. No suele ser buen síntoma ese para los de Idiakez, porque los dos canteranos acostumbran a ser quienes animan el juego ofensivo blanquiazul. Lo hacen a través de una movilidad que ayer no tuvieron porque se encontraron siempre a un batallón de rivales, especialmente cuando se intentaban asomar por el centro. Quizá el partido pedía otra cosa, más verticalidad y alargar el campo para estirar al rival.

Lucas presiona a un jugador del Sestao.

Lucas presiona a un jugador del Sestao. / LOF

Le faltó esa capacidad al Dépor para orientar más el juego hacia las bandas como hizo el Sestao en una primera parte en la que apenas sumó un par de oportunidades que se pudieran considerar como tal. Lucas probó el disparo a portería vacía después de un error entre Sergi Puig y el exfabrilista Gaizka. Barbero les robó la cartera, pero Lucas no orientó bien el disparo a media altura.

Poco a poco el Deportivo fue convirtiéndose en un equipo muy poco reconocible, nada que ver con el que ha dominado con autoridad la segunda vuelta del campeonato con una impresionante racha de resultados. El balón en largo se convirtió en el recurso principal. No pasa nada en utilizarlo, aunque es menos recomendable que se acabe transformando en tu única arma.

Le duraba muy poco el balón al Dépor. Probó suerte Barbero con un disparo cruzado cuando asomaba Lucas por el área, pero el problema iba más allá de una toma de decisiones defectuosa o la falta de puntería. Conforme pasaban los minutos más claro estaba que a Idiakez se le había atragantado la propuesta del Sestao. También que su solución para compensar las dos bajas que tenía en el once titular no habían dado el resultado esperado. No era sencillo, más cuando se apuesta por un bloque definido como ha hecho el técnico en este tramo reciente de la competición y se dejan a un lado las rotaciones. Jaime cumplió como sustituto de José Ángel, pero el equipo perdió dominio y Villares estuvo más sujetado. También estuvo correcto Paris Adot, aunque sin la presencia en campo contrario de Ximo. Mella no se entiende igual con el navarro y esa banda pierde mucha amenaza.

Barbero, entre dos jugadores del Sestao.

Barbero, entre dos jugadores del Sestao. / LOF

Cada vez más incómodo, fue el Deportivo el que se llevó el peor susto de la primera parte. Un balón colgado al área blanquiazul por parte del Sestao lo acabó rematando a bocajarro Guruzeta con tan buena fortuna que lo digirió hacia Germán Parreño. Reaccionó con reflejos el portero deportivista para desviar la pelota y evitar un escenario peor en la segunda mitad.

Cambió muy poco el panorama para el Dépor, igual de espeso para armar su juego y cada vez más vulnerable ante el empuje creciente del Sestao. Le quedaba el recurso del balón parado, pero ni por esas tuvo la capacidad de amenazar a pesar de que disfrutó de una cifra nada desdeñable de saques de esquina y faltas cerca del área local.

La sospecha cada vez más creciente era que por juego sería muy difícil que el partido se inclinase hacia los deportivistas, así que lo más probable es que una acción aislada definiera el marcador. Al Deportivo, consciente de que el Barça Atlètic estaba ganando su compromiso y recortando distancia con los blanquiazules antes de visitar Riazor el próximo domingo, encontró un tesoro en un penalti inesperado por derribo de Yeremay en el área. La acción parecía haber empezado fuera y eso encendió a los locales, que antes reclamaron un agarrón de Villares en el área contraria. No falló Lucas para adelantar a los deportivistas y encaminar una victoria crucial. Aún tendría 20 minutos por delante de sufrimiento para amarrar ese triunfo que lo deja a las puertas del ascenso. Si gana el domingo al filial azulgrana, el Dépor pondrá punto y final a una penitencia de cuatro años.