La Comisión Europea presentará en octubre su propuesta legislativa para crear un impuesto sobre las transacciones financieras en los veintisiete países del club europeo, y no solo en los de la zona euro. "Es una idea que está en marcha desde hace tiempo", explicó ayer la portavoz del Ejecutivo comunitario, Cristina Arigho. Su aprobación en todo caso requerirá la unanimidad de todos los países de la Unión Europea (UE), y algunos, como Holanda, ya han mostrado sus reticencias a esta tasa porque minaría, asegura el Ejecutivo holandés, la competitividad europea frente a Estados Unidos.

Bruselas también pretende proponer este nuevo gravamen en la cumbre del G20 de noviembre, por lo que espera tenerla presentada en octubre, antes de la celebración de esta reunión de las principales economías del mundo.

La propuesta está siendo impulsada por el llamado eje franco-alemán, como una de las medidas para establecer una mayor integración de la zona del euro. La canciller germana, Angela Merkel, y el presidente galo, Nicolas Sarkozy, han encargado a sus respectivos ministros de finanzas que elaboren una propuesta común sobre cómo debería ser esta nueva tasa. El impuesto no solo se ha encontrado con la oposición de algunos países europeos, sino que varios expertos y economistas ya han alertado de su peligro. El director ejecutivo de la Asociación de Mercados Financieros en Europa (AFME), Simon Lewis, criticó ayer que "la industria de los servicios financieros no debería ser considerada como una fuente adicional de ingresos a través de impuestos sino como una parte esencial de una economía estable y sostenible".

El Ejecutivo comunitario ya propuso en junio, durante la presentación del presupuesto plurianual (2014-2020) imponer una tasa sobre transacciones financieras, junto con un nuevo IVA comunitario para alimentar el presupuesto europeo y reducir así la dependencia de las aportaciones nacionales. "Esta cuestión ha sido debatida en las cumbres del G20 de los últimos dos años. Está mencionada en varias conclusiones. La próxima cumbre se celebrará en Cannes y es muy importante que tengamos antes una propuesta sobre la mesa, porque afecta a toda la UE", señaló el portavoz comunitario Olivier Bailly.

Fuentes comunitarias indicaron que la tasa que propondrá la Comisión será "muy baja" y de "amplio rango" en lo que se refiere a las transacciones tasadas, pero que afectará a los veintisiete y no solamente a los 17 de la zona euro para evitar "discrepancias". Varios países europeos disponen ya de una tasa sobre transacciones o impuesto similar, como Bélgica, Chipre, Francia, Reino Unido, Finlandia, Grecia, Irlanda, Luxemburgo, Polonia e Italia.

Bruselas cuenta con recaudar en 2020 hasta un 40 % del presupuesto comunitario a través de esta nueva tasa y del IVA comunitario. La intención es que ambas herramientas estén en vigor como muy tarde en enero de 2018, explicaron en junio fuentes comunitarias. Dependiendo del alcance y de la tasa en sí, el impuesto sobre transacciones financieras podría recaudar entre 15.000 y 20.000 millones de euros.

Además, el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, afirmó ayer que no ha recibido ninguna petición para presidir la zona euro y que no se puede pronunciar sobre si aceptará un cargo que ya ejerció de forma puntual. Crear un Gobierno de la zona euro fue una de las propuestas lanzadas por Merkel y Sarkozy esta semana.

Van Rompuy recordó que ya presidió los cuatro consejos de la zona euro celebrados en los dos últimos años, por lo que no sería "nada nuevo" para él. La diferencia sería que haría "de forma regular", lo que ya hace en la práctica, señaló.