Ni la Agencia Tributaria niega que el incremento acumulado en la recaudación fiscal, el 90% de los ingresos no financieros que llegan a las arcas estatales, echa el freno en el comienzo de la segunda mitad del año. Justo con la atonía de vuelta en la actividad económica. El alza hasta julio fue de solo un 1%, de hasta el 2,8% si se elimina el efecto de las diferentes operaciones que desestabilizan la comparación entre este 2011 y el pasado ejercicio por asuntos del calendario. Los presupuestos del Estado preveían superar el 6%. Después de rozar aumentos de dos dígitos en Galicia durante 2010 y el 9,7% que llegó a registrarse entre enero y junio, la "notable ralentización" se impone también en los ingresos de Hacienda en la comunidad, donde el alza se quedó en el 5,8%.

La recaudación ascendió a 3.261 millones de euros, frente a los 3.081 acumulados en los primeros siete meses del pasado año. Si la Agencia Tributaria obtenía hasta junio por encima de 1,1 millones más al día en concepto de impuestos en la comunidad en relación a 2010, un mes después, la comparación se reduce a 847.000 euros. Galicia llegó a ocupar la cabeza de la clasificación como los incrementos más elevados. Ahora está en el cuarto lugar, muy lejos de la evolución en Canarias (11,3%), Asturias (17,3%) y País Vasco (23,2%).

Hay diez autonomías que ni siquiera se acercan a la media nacional y siete de ellas incluso se colocan en números negativos. Una caída en la recaudación del 1,5% en Andalucía, un 2,1% en La Rioja, del 2,6% en Murcia, un 3,5% en Castilla-La Mancha, un 6,3% en Extremadura, más de un 20% en Cantabria y del 85% en Navarra.

Donde la comunidad sigue sin abandonar el primer puesto es entre los peores comportamientos del Impuesto de Sociedades. La tasa que Hacienda aplica a las empresas sobre sus beneficios. Y con resultados en mínimos históricos por la crisis, menos ingresos. Hasta un 45,8% menos que en 2010 en Galicia, cuando la caída en el conjunto del Estado es de casi la mitad, del 23,8%. La aportación del gravamen fue de solo 131 millones, con descensos generalizados en todas las delegaciones territoriales, aunque en mayor medida en Vigo (79,9%) y A Coruña (46,9%).

La brusca desaceleración del IVA en el caso concreto del mes de julio en Galicia -el descenso tocó el 12,6%- provoca también que la buena racha que seguía desde el inicio del ejercicio se contenga. Un 19,3%, hasta los 1.378 millones de euros. Al igual que el impuesto por excelencia del consumo, los Especiales soportan desde hace un año una subida de los tipos que se aplican y que precisamente explican los incrementos disparados que traían hasta ahora. Sus ingresos aumentaron un 19%. En total, 21,1 millones de euros.

Otro de los gravámenes directamente afectados por el contexto actual, en este caso por el deterioro del mercado laboral, es el IRPF. Frente al incremento del 5,2% experimentado en toda España, la comunidad se anota solo un 3,4%, con once regiones con aumentos más altos.

Con datos de todas las autonomías, los cambios normativos incluidos por el Gobierno para atajar el déficit público permitieron una recaudación extra de 6.230 millones de euros, de los que 4.787 millones vienen del nuevo IVA. Otros 480 millones con los incrementos de tipos en los Especiales. La eliminación de la famosa deducción de los 400 euros aportó 985 millones hasta julio, según la Agencia Tributaria. 455 millones más de la supresión de la deducción por nacimiento, el cheque bebé, y 438 con la subida a las retenciones de capital. El recorte de los salarios a los funcionarios a efectos fiscales supone una caída de ingresos de 915 millones.

España tiene el compromiso, ante la Unión Europea (UE) y ante los mercados financieros, de reducir este año el déficit público del conjunto del Estado al equivalente al 6% del producto interior bruto (PIB). La parte que compete a la Administración central -4,8% de diferencia máxima entre ingresos y gastos- está al alcance de la mano, según las cuentas del Ministerio de Economía: el déficit se está reduciendo a un ritmo cercano al 12%, pese a que la mejora de los ingresos tributarios se frena.

Entre enero y julio de este año, la Administración central ingresó 67.004 millones -una vez descontado el dinero que se transfiere a comunidades autónomas- y gastó 89.750 millones. El desfase, 20.610 millones, equivale al 2,09% del PIB y es un 11,8% inferior al registrado a la misma altura de 2010. Los números indican que el Estado central estará en condiciones de no superar su techo de déficit. El compromiso general del 6% queda por tanto condicionado, en especial, a cómo evolucionen las cuentas de las comunidades autónomas.

Cuentas de la Seguridad Social

Mientras, el superávit de la Seguridad Social cayó un 47,65% entre enero y julio de este año en relación con 2010, hasta los 3.211 millones de euros, lo que representa el 0,30% del PIB. El Ministerio de Trabajo e Inmigración explicó ayer que este resultado se debió a la diferencia de unos ingresos por valor de 71.128,66 millones de euros, un 2,63% menos que hace un año, y de unos gastos de 67.917,27 millones, un 1,50% más.

La disminución del superávit en casi la mitad hasta julio también se debe a que los gastos previstos pendientes de imputación presupuestaria alcanzarían un importe aproximado de 1.000 millones de euros.

El secretario de Estado de la Seguridad Social, Octavio Granado, destacó que llegar al cuarto año de crisis con superávit, demuestra que las políticas de estabilidad presupuestaria aplicadas por el Ejecutivo central son "razonables".