El Banco Central Europeo (BCE) volvió a intervenir ayer en los mercados para aliviar las presiones sobre España e Italia, como muro de contención ante el castigo que ambos países reciben en los mercados desde hace semanas. Camino de las elecciones generales de mañana, domingo, la deuda española sufrió además los rigores de una disfunción técnica que disparó el cálculo de la prima de riesgo a niveles de récord (503 puntos) y la situó por encima de la italiana por primera vez desde el pasado agosto, lo que encendió las alarmas. Pero ese cálculo fue corregido tras una comparecencia pública en la que la ministra de Economía, Elena Salgado, expresó sus quejas.

La jornada tuvo tintes caóticos para España en el mercado secundario de deuda pública. A primeras horas, las agencias que transmiten al mundo entero la información sobre la evolución de las primas de riesgo (indicador de confianza en la capacidad de pago de los países) difundieron que la de España marcaba un nuevo máximo desde la entrada en el euro, algo que en condiciones normales suele ser un síntoma de que los inversores están deshaciéndose (vendiendo) bonos porque desconfían del país emisor o de que tratan de forzar un movimiento con propósitos especulativos. Pero esta vez la causa inicial del vértigo de la prima de riesgo española fue una cuestión técnica.

La prima de riesgo se calcula como diferencia con la rentabilidad del bono alemán a diez años. Hasta ayer, el bono español que se utilizaba para hacer la cuenta era el perteneciente a una emisión con vencimiento en abril de 2021 y por el que se estaba pagando un interés medio del 6,5% en las operaciones que realizan entre sí los inversores. Ayer, las agencias que informan de la evolución del mercado de deuda pública cambiaron esa referencia y utilizaron el bono emitido el día anterior por el Tesoro. Según la versión de la ministra Salgado, esa elección no era la correcta porque el citado título aún no tiene la liquidez suficiente. Esto es, que aún no se ha alcanzado un nivel de compras y ventas suficiente como para que el precio de ese bono actúe como la referencia de la posición de la deuda española en el mercado. Esta distorsión hizo que la prima soportara, según los expertos, un plus técnico de 34 puntos básicos.

Unas horas después de la queja de Salgado, las agencias rectificaron y la prima de riesgo reflejó, esta vez sin alteraciones técnicas, que la presión sobre los bonos españoles se moderó ayer. Según fuentes del mercado, el alivió llegó, como en la jornada precedente, gracias a las compras realizadas por el Banco Central Europeo. El instituto emisor intervino en ayuda tanto de España como de Italia. Con el siguiente efecto: la prima de riesgo española acabó la jornada en 441 puntos (19 menos que el jueves, una vez corregido el cálculo) y la italiana lo hizo en 468 (frente a los 495 del jueves).

Pese a la intervención del BCE, Italia y España siguen cerca de la zona de peligro, del nivel de rentabilidad de la deuda pública (7%) que en los casos de Grecia, Portugal e Irlanda condujo al rescate de estos países por el riesgo severo de colapso: la incapacidad de sus estados de financiarse en el mercado.

El Gobierno trató de transmitir ayer que, pese al nivel de la prima de riesgo y al resultado de la última subasta del Tesoro, el riesgo para España es muy limitado. "La petición de un rescate está fuera de toda consideración", remarcó la titular de Economía en una comparecencia extraordinaria tras el Consejo de Ministros.

Aunque el Tesoro español ha tenido que pagar por su última emisión de bonos a diez años hasta un 7% de interés (nivel sin precedentes desde los años 90), Salgado enfatizó que ese resultado "no afecta a la sostenibilidad de la deuda". Su explicación es ésta: el interés medio de la deuda viva que tiene el Estado es inferior al 4% y que los 3.500 millones captados al 7% representan una cantidad muy pequeña del saldo que tiene el conjunto de lo que debe el Estado (unos 580.000 millones). "El impacto sobre la capacidad de España para financiarse es marginal", señaló la ministra.

El Gobierno, añadió Salgado, tiene además colchón para hacer frente a gastos financieros imprevistos. El coste estimado de la deuda en los Presupuestos generales en vigor es de 27.000 y el Ejecutivo espera que se quede en 24.000 millones. Y la ministra subrayó que el calendario de vencimientos de España garantiza también que el riesgo no es relevante. El vencimiento agregado de la deuda supera los seis años, enfatizó Salgado. Expertos citados por el diario económico Expansión sostienen que el Estado está en condiciones de resistir durante meses tensiones como las sufridas estos días en los mercados, si bien con impactos que se trasladarían al sector financiero, al crédito y, finalmente, a la economía real.

El Gobierno sostiene que la reacción de los inversores ante la última subasta del Tesoro y el alza en la prima de riesgo "no están justificadas". En opinión de Salgado, las dificultades de la deuda española se deben más a las presiones sobre el conjunto de la eurozona que a problemas concretos de su economía, "que no han cambiado" en el mismo período.