La morosidad de la banca española repuntó ligeramente en septiembre y alcanzó el 7,16%, apenas dos centésimas más que en agosto, con lo que se mantiene en su nivel más alto desde noviembre de 1994, según datos provisionales facilitados ayer por el Banco de España. Lo poco significativo del repunte se debe a las dificultades que aún persisten para el acceso al crédito, que ha provocado un fuerte descenso en la concesión de hipotecas en el último año y medio: acumula 16 meses consecutivos a la baja según los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), correspondientes al mes de agosto.

La Encuesta sobre Préstamos Bancarios elaborada por el Banco de España hasta el mes de octubre indica que entre julio y septiembre las peores perspectivas sobre el mercado inmobiliario y la caída de la confianza de los consumidores produjo una contracción de las solicitudes de financiación de las familias.

El mismo informe estima que en el último trimestre del año empeorará aún más el acceso al crédito, no solo para familias y empresas sino también para la banca.

La tasa de morosidad de las entidades financieras en septiembre es la más alta desde que, en noviembre de 1994, alcanzara el 8%, un porcentaje que la mayoría de los expertos creen que puede alcanzarse a finales de este ejercicio.

Entre septiembre de 2010 y septiembre de este año los préstamos dudosos aumentaron en 26.817 millones de euros hasta alcanzar los 128.080 millones, lo que representa una subida del 26,4% frente a los 101.263 millones de septiembre del año pasado. El aumento mensual desde agosto ha sido de apenas 295 millones de euros.

De este modo, al cierre de septiembre los préstamos de dudoso cobro se aproximaban a los 130.000 millones de euros, un volumen que no se alcanzaba desde marzo del año 1997. Es la cuarta subida consecutiva después del recorte de ocho centésimas registrado en junio (6,42%), que se produjo después de las subidas de abril (6,35%) y mayo (6,49%) que siguieron a un pequeño retroceso en marzo, cuando la mora bajó hasta el 6,11 % y rompió la racha de cinco meses al alza.

Al finalizar septiembre, la cartera crediticia total del sector financiero español era de 1,788 billones de euros, ligeramente por encima de los 1,787 billones que tenían concedidas las entidades a las familias y empresas españolas al cierre del mes anterior.