"Indecente". "Impresentable". "Una barbaridad". Así califican los sindicatos la propuesta de la CEOE de impulsar los llamados minijobs (miniempleos) como medida de inserción laboral. El presidente de la patronal, Joan Rosell, defiende la necesidad de implantar en España contratos a tiempo parcial, con sueldos de 400 euros, más otros 150 de cotización, y compatibles con otros trabajos. Economistas consultados por este diario entienden que podría ser una medida eficaz, siempre que se utilice como mecanismo de inserción laboral en una situación de emergencia y de forma muy selectiva. Las centrales sindicales, sin embargo, coinciden a la hora de señalar que esta medida sólo conseguirá "precarizar más el empleo" y no ayudará a reactivar la economía para salir de la crisis.

La secretaria xeral de Emprego de CCOO de Galicia, Maica Bouza, califica la propuesta de "indecente" y acusa a la patronal de aprovechar "un momento de especial dificultad y de carencia de empleo para lograr contratos más precarios, por debajo del salario mínimo y sin ningún derecho". La sindicalista asegura que reducir los salarios y apostar por los contratos a tiempo parcial en estas condiciones "no es la solución" y pone como ejemplo la anterior reforma. "Las cifras están ahí, día a día se puede ver que no ha funcionado. Una norma por sí misma no consigue reactivar la economía", explica Bouza, quien señala que el problema real es que en España "no hay actividad económica ", "y mientras no la haya no habrá empleo, por muy precario que sea", añade.

El secretario comarcal de UGT, José Carrillo, también opina que el problema de la economía "no son los salarios ni los contratos", sino la falta de crecimiento y de competitividad. "Lo que necesitamos son salarios dignos, convenios dignos y mejorar la productividad. Los últimos estudios demuestran que la moderación salarial no sirvió para nada: sólo consiguió que una parte de la población se empobreciera y otra se enriqueciera más. Y ahora quieren que la gente trabaje gratis", apunta Carrillo, quien denuncia que esta propuesta encaja en el discurso "retrógrado" de un "sector empresarial" que quiere "seguir ganando lo mismo y que se aprieten el cinturón los de siempre".

El secretario de negociación colectiva de la CIG, Antolín Alcántara, descarta la propuesta de forma tajante y recuerda a la CEOE que el pasado 18 de noviembre el Gobierno en funciones ya aprobó un decreto que modificaba el contrato de aprendizaje para jóvenes de entre 18 y 25 años. "Los trabajos de 420 euros al mes, sin alta en la Seguridad Social, sin derecho a prestación por desempleo y sin temporalidad en la empresa, ya se aprobaron, pero ahora quieren darle un carácter institucional que englobaría a todos los niveles de la sociedad", critica. Para Alcántara, los miniempleos son "una barbaridad" porque "ni crean empleo ni generan riqueza". "Lo único que se conseguirá con esta medida -añade- es que una parte de la población sea más pobres".

El presidente de la Confederación de Empresarios de Galicia, Antonio Fontenla, cree, sin embargo, que aferrarse al mantenimiento de la actual estructura, "no permitirá dar respuesta a los millones de desempleados que engrosan las listas del paro, muchos de ellos de larga duración". "Con el deterioro imparable que sufre el mercado de trabajo y de las perspectivas que se intuyen en los próximos trimestres está claro que hemos de introducir nuevas fórmulas en nuestro marco laboral que favorezcan la contratación", añade.

Fontenla asegura que una vía es el trabajo a tiempo parcial, en el que cabe la posibilidad de que un trabajador combine varios empleos. "En otros países de Europa supone una modalidad generalizada y de eficacia probada, sobre todo entre los más jóvenes, como en Francia, donde representa un 24% de los contratos, y en Holanda, con un 48%. En España esta modalidad supone tan sólo el 12%", afirma.

El catedrático de Análisis Económico de la Universidade da Coruña (UDC) Andrés Faíña considera que esta propuesta se podría adoptar "como mecanismo de inserción laboral ante una situación de emergencia, pero con las debidas garantías". El economista defiende los miniempleos para combatir "la alta tasa de desempleo juvenil" o para ayudar "a los parados de larga duración", pero rechaza que se modifique el régimen del empleo. "Lo que no puede ser es que se normalice y que se convierta en un mecanismo para que los empresarios puedan contratar siempre que quieran a alguien por 400 euros".

El director de la Escuela de Relaciones Laborales de la UDC, Jesús Vázquez, opina que esta medida puede ser la única solución para combatir el desempleo juvenil. "Siempre hay que fomentar contratos que garanticen el salario mínimo pero si estamos en una situación en la que no se puede, habrá que estudiar otras fórmulas, y ésta puede ser una de ellas", sostiene, aunque puntualiza que este contrato debe ser "muy selectivo" y no se puede aplicar a todos los sectores, porque "precarizaría el empleo a un nivel muy bajo".