El Banco de España confía en tener esta misma semana una vía de solución para los clientes de bancos y cajas que en los últimos años suscribieron participaciones preferentes que ahora no consiguen vender y ven su dinero retenido. La respuesta a este problema que, según las asociaciones de usuarios de la banca, afecta a 700.000 clientes en toda España y a unos 70.000 en Galicia, está ahora pendiente de que Bruselas dé su visto bueno a un acuerdo que ofrece distintas opciones. El regulador espera que la respuesta llegue en cuestión de días, aunque el sector da por hecho que podría demorarse unas cuantas semanas.

Las posibilidades que el Banco de España ha trasladado a la banca consisten en intercambiar el capital de las participaciones preferentes por obligaciones necesariamente convertibles en acciones -una vía por la que optó CaixaBank, entre otras, y que no satisface del todo a los clientes-; trasladar el capital invertido en las participaciones preferentes a un depósito a plazo fijo de por ejemplo cinco años o capitalizarlas en efectivo.

La devolución del efectivo a los inversores sólo sería una opción para los particulares que optaron por este producto para depositar sus ahorros sin saber muy bien lo que compraban. Los llamados inversores cualificados, como los fondos de inversión, que se refugiaron en las preferentes por la elevada rentabilidad que ofrecían, sobre todo tras la caída de Lehman Brothers, tendrán otras opciones, pero no la de recuperar de forma inmediata su dinero líquido.

Lo que el Banco de España tiene que aclarar en los próximos días es cómo articulará la entrega de esos fondos, un paso que los titulares de preferentes no se acaban de creer. La solución pretende garantizar que estos inversores no pierdan dinero pero también que no se vean jurídicamente beneficiados sobre los titulares de otros productos financieros. Tampoco está claro de momento si las opciones que se barajan se darán a todos los particulares o si cada una de ellas está pensada para un determinado tipo de cliente.

El supervisor bancario, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la Comisión Europea y las entidades financieras -entre ellas Novagalicia Banco- trabajan desde hace un año en una fórmula que desbloquee el capital del ahorrador de a pie, sea útil a bancos cotizados y entidades que no están en Bolsa y ponga fin a las protestas de los tenedores de preferentes que compraron sin saber que se trataba de un producto perpetuo. Pero las negociaciones se llevan con discreción y apenas han trascendido unas pinceladas de las propuestas.

Las participaciones preferentes son un producto de ahorro que a diferencia de los depósitos, no vencen, no se pueden retirar salvo que la entidad que las emite las recompre al titular o le busque un comprador entre los particulares, el llamado mercado secundario. Ese mercado era más activo antes de la crisis, pero, como todos, está ahora parado por falta de demanda. Antes de la crisis, las preferentes daban una rentabilidad más modesta, pero en 2008 Caixa Galicia, por ejemplo, ofrecía un interés del 7,5%, muy por encima de la remuneración de los depósitos a plazo fijo. Esa rentabilidad fue lo que atrajo a los ahorradores ávidos de refugio seguro, aunque el abono de ese interés está supeditado a los resultados de la entidad, igual que ocurre con los dividendos de las acciones.

Fuentes del sector financiero aseguran que las preferentes fueron comercializadas con todas las de la ley y que sus folletos con las condiciones se remitían a la CNMV. Los inversores reconocen que no leyeron la letra pequeña y se fiaron más de lo que les explicaron de palabra en la sucursal que se las vendió como algo parecido a un depósito, aunque a diferencia de éstos, las preferentes no están garantizadas por el Fondo de Garantía de Depósitos si la entidad quiebra.

Desde que hace meses empezaron a acudir sin éxito a retirar su dinero a las entidades, el movimiento de los titulares de preferentes que se sienten estafados se ha extendido como la pólvora. Vigo y O Morrazo vivieron esta semana las primeras protestas, que acabaron en algún caso con la ocupación de oficinas y Adicae ha empezado a contactar con los afectados para reclamar la devolución de los 12.000.000 millones de euros que calcula atrapados en toda España.

Novagalicia, que ha participado en los contactos entre la banca y las instituciones reguladoras implicadas, ya dejó claro que actualmente no tiene potestad para dar una solución unitaria a sus clientes. José María Castellano, presidente de la entidad, ya avanzó la semana pasada en Ourense, la existencia de contactos con el Banco de España en busca de una solución, que podría llegar en días.