El real decreto que el Consejo de Ministros aprobará mañana no incluirá la solución a las participaciones preferentes de la banca participada por el Estado, como Novagalicia, Bankia, CatalunyaCaixa y Banco de Valencia, que el Gobierno asegura estar negociando con la Comisión Europea. El ministro de Economía, Luis de Guindos, reunió ayer a la comisión de asuntos económicos del PP y aseguró que el texto regulará la venta de estos productos híbridos de cara al futuro, aunque no incluirá una solución para resarcir a los afectados por preferentes de las nacionalizadas, que tendrá que ser aprobaba por la Comisión Europea.

Bruselas ha defendido y así lo impone el Memorando de Entendimiento (MoU, por sus siglas en inglés) que los titulares de preferentes, al igual que los accionistas, deben asumir parte de la carga de la reestructuración de una entidad para evitarle costes al contribuyente, por lo que deberían sufrir una quita o descuento sobre su inversión a la hora de canjear sus títulos, pero el miércoles el portavoz del PP, Alfonso Alonso, aseguró que el Ejecutivo negocia para que los ahorradores no pierdan "ni un euro".

Fuentes financieras citadas por Efe daban por hecho ayer que la reforma financiera permitirá que también la banca nacionalizada ofrezca un canje a sus clientes por depósitos u otros productos, con lo que sólo aquellos que exijan su dinero de inmediato sufrirían la quita. Algo que sin embargo choca con la filosofía del MoU que España firmó como condición para recibir 100.000 millones para la banca.

De Guindos detalló a sus compañeros de partido éste y el resto de instrumentos incluidos en el decreto como "la auténtica reforma del sistema financiero", que servirá para "prevenir crisis futuras" y supondrá "el mayor avance en muchos años", reitera. El Banco de España, pero sobre todo el FROB, se convierte en el protagonista principal de la reestructuración con plenos poderes para intervenir con urgencia una entidad si la consideran débil, aunque en ese momento mantenga ratios adecuados de solvencia. De Guindos rechazó que existan diferencias respecto a la reforma con Bruselas. "No hay ningún tipo de discrepancia. Ministerio, Banco de España y el Tesoro han trabajado de forma estrecha y próxima con la Comisión Europea y el Banco Central", aseguró. El ministro añadió ayer ante los dirigentes del PP que la transferencia de activos al futuro banco malo no supondrá "nunca" un coste para el contribuyente.