Paso a paso, China cerca cada vez más el uso de internet: series de ficción censuradas, usuarios detenidos y, ahora, restricciones sobre las redes privadas virtuales (VPN) y el correo de Google, Gmail, dan muestra de la creciente capacidad del llamado "gran cortafuegos" de la potencia asiática. Desde que se puso en marcha en 2003, este protocolo que bloquea páginas web y filtra resultados en los buscadores ha intentando lo inicialmente impensable, poner diques al mar digital en el país con más internautas del planeta.

Pero la sofisticación de la tecnología y ciertos eventos que desataron el temor de las autoridades comunistas, como el rol determinante de las redes sociales en las revueltas de la Primavera árabe en 2010, despertaron las capacidades y la astucia de los censores. El último objetivo han sido las famosas VPN, servicios de pago para conectarse a servidores de otros países y así poder acceder a páginas no permitidas en China como Twitter, Facebook o Gmail, esta última inaccesible desde finales de diciembre a través de conexiones internas sin que haya habido ninguna información oficial.

En cuanto a las VPN, compañías del sector como Astrill informan a sus usuarios en China de que algunos de sus servicios están siendo bloqueados en los dispositivos que emplean el sistema iOS de Apple. "Interceptar e interferir en servicios de correo electrónico extranjero como Gmail, es sólo una forma con que China nos dice: 'No os queremos aquí", reza el mensaje. Pero lo que más preocupa a organizaciones como Amnistía Internacional o Human Rights Watch es la detención de centenares de blogueros y usuarios de redes en virtud de una norma que limita a 500 veces el número que un mensaje puede ser "reenviado" sin que el autor sea responsable legal.

En caso de que las autoridades consideren que el texto original es de contenido "subversivo", su creador se puede enfrentar a una pena de prisión, como es el caso de Qin Zhihui, condenado a dos años de cárcel en 2014 después de que un mensaje suyo en Weibo, el Twitter chino, fuese reenviado 11.000 veces y comentado 3.300. El artífice de las medidas es el nuevo zar de internet en China, Lu Wei, quien desde que tomó el control de la Oficina de Información e Internet hace dos años se ha convertido en el ojito derecho del presidente, Xi Jinping, por su mano de hierro en la gestión de la Red.

Carismático según quienes le conocen, a Li no le ha temblado el pulso a la hora de reunirse con gerifaltes del sector, como Mark Zuckerberg, para advertirles de las nuevas restricciones.