Ni la reforma del Código Penal aprobada en 2007 ni el refuerzo de los controles en las carreteras son suficientes para frenar el número de alcoholemias positivas en Galicia. La última campaña especial de Tráfico para evitar que los conductores beban confirma una tendencia preocupante: que la cifra de gallegos que conducen bajo la influencia del alcohol no se frena sino que incluso continúa incrementándose.

Entre el 7 y el 20 de diciembre, 778 gallegos fueron denunciados por dar positivo en una prueba de alcoholemia, es decir, 52 cada día. Este balance supera con mucho el de la campaña realizada el año pasado por estas mismas fechas, en la que 499 conductores fueron interceptados, aunque también se realizaron 15.000 controles menos. "Que después de la campaña informativa que se ha hecho, con avisos en todos los medios de comunicación, 778 individuos sigan conduciendo después de haber bebido, demuestra que tenemos un bloque de conductores a los que las advertencias les entran por un oído y les salen por el otro", reconoce el teniente coronel José Luis Ulla, jefe de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia.

El dato que realmente preocupa a la DGT, sin embargo, es la cifra de gallegos que acaban ante el juez acusados de un presunto delito de alcoholemias. Sólo en los últimos 15 días, 141 conductores pasaron a disposición judicial por este motivo y a punto de que se cierre el año, Ulla asegura que cada mes 228 gallegos se enfrentan en Galicia a penas de prisión por conducir con una tasa de alcohol en aire espirado superior a 0,60. Son los casos más extremos pero también los más preocupantes ya que, según el teniente coronel, "tener a estas 228 personas en la carretera es correr el riesgo de tener 228 accidentes potencialmente muy graves".

Este colectivo de conductores que, como mínimo, triplica la tasa máxima de alcohol permitida sigue creciendo, ya que el año pasado se cerró con una media de 218 imputados por alcoholemia al mes frente a los 228 de 2009, es decir, un 4,5% más. Además, los conductores imputados por beber al volante en la comunidad superan la media nacional, otro dato preocupante pero que, en opinión de Ulla, no se debe interpretar como un indicio de que Galicia tenga una "problemática especial" en este sentido, sino como el resultado del "mayor número de controles" que se realizan y de la "atención" que se le presta a este colectivo, "clave" para reducir la siniestralidad vial.

Ante estos datos, José Luis Ulla considera "evidente" que de cara a la campaña especial de Navidad que arrancó precisamente ayer la "atención debe estar centrada" en evitar la conducción bajo los efectos del alcohol, una circunstancia que unida a los "desplazamientos cortos y rutinarios" que suelen producirse en estas fechas, generan un "peligroso exceso de confianza" en los conductores. Por eso, el responsable de la Guardia Civil de Tráfico en Galicia recordó que no se hacen controles de alcoholemia "sólo en las campañas especiales" y aunque anunció que la noche de fin de año habrá un dispositivo especial por parte de la Guardia Civil, también hizo una llamada a la "corresponsabilidad".