El país de los mil ríos empieza a sufrir los efectos de la sequía. Los embalses en Galicia están bajo mínimos y aunque se esperaba que el comienzo del otoño garantizase las reservas que abastecen a las ciudades, la falta de lluvias en septiembre y octubre ha hecho saltar las alarmas. Y es que las reservas de agua actuales solo garantizan el suministro para unos cien días y en algunos núcleos ya se aplican restricciones, tal y como informó ayer la Xunta tras una reunión de la comisión de seguimiento de la sequía, una convocatoria que justificó en la importancia de "estar prevenidos".

Aunque por el momento, el Ejecutivo autonómico no ha decretado alerta alguna -el primer grado se dicta cuando el volumen de agua disponible solo alcanza para 40 días, el segundo si se reduce a 15 días y el tercero en el extremo de que solo haya agua para cinco día-, el presidente de Augas de Galicia, Francisco Menéndez, reconoció que en "muchos" núcleos ya se están aplicando restricciones, en especial en las zonas de Pontevedra y Ribadavia.

La voz de alarma ante el déficit de recursos hídricos en Galicia ya la dio el propio conselleiro de Medio Ambiente, Agustín Hernández, el pasado mes de mayo al analizar los efectos en Galicia de la primavera más seca y cálida de los últimos 50 años. Ante esta falta de precipitaciones, que ya entonces la Xunta auguraba que en verano provocaría problemas de abastecimiento en zonas como Baiona y Vilagarcía, Medio Ambiente apeló a como un consumo "responsable" y a ahorrar agua. Meses después de la apelación a la colaboración ciudadana, la situación de los embalses no ha mejorado debido al déficit de precipitaciones. Entre marzo y octubre, se registraron en Galicia precipitaciones acumuladas de 274 litros por metro cuadrado, el nivel más bajo desde 1990 -año en el que se registraron 225 litros por metro cuadrado-, frente a una media de 535 litros por metro cuadrado en ese mismo periodo entre 1960 y 2011, según informó ayer la Xunta.

El presidente de Augas de Galicia detalló ayer que los grandes embalses de la comunidad tienen una reserva media de agua de unos cien días, mientras que aquellos sistemas de abastecimiento que dependen de los ríos están "estabilizados". Menéndez explicó que "muchos pequeños sistemas esparcidos" en la comunidad -traídas privadas, comunidades de usuarios- "se están aplicando restricciones". Con el objetivo de coordinar medidas para atender a los núcleos con problemas de abastecimiento, la Xunta convocará la próxima semana comisiones a nivel provincial para abordar los problemas concretos de cada lugar.

Otro de los objetivos de la comisión de seguimiento de la sequía es, en palabras de Francisco Menéndez, calmar "la alarma y la expectación" que se está generando en la sociedad ante la falta de lluvias. "Es una situación anómala", concluyó el director xeral de Emerxencias e Interior, Santiago Villanueva, quien defendió la necesidad de planificar "actuaciones" que permitan "paliar la situación en caso de que persista la sequía".

Según datos del Gobierno autonómico, las reservas de agua del embalse de Eiras, que suministra a Vigo, se encuentra al 47,7 % de su capacidad y "cuenta con reservas hasta el 20 de enero". El embalse de Zamáns, que suministra a Vigo, Nigrán y Baiona, está a 37,38 % de su nivel y tiene "reservas hasta el 4 de enero".

El de Cecebre, que alimenta de agua A Coruña, está al 50,15 % de su capacidad y tiene "reservas hasta el 7 de febrero". El de Forcadas, que suministra a Ferrol, está al 69,51 % y tiene capacidad de "reserva hasta el 14 de marzo". Por último, la Xunta puntualiza que el de A Baxe, que lleva agua a la comarca pontevedresa del Salnés, está a 62,08 % de su capacidad y "tiene su nivel estabilizado".

En pleno otoño, Galicia disfruta de temperaturas veraniegas. El valor más alto de ayer lo registró Vigo. Pasadas las tres y media de la tarde, el termómetro de la estación situada en la avenida de Madrid marcaba 33,3 grados. Una cifra que superó en dos grados a la máxima de Ourense y que solo fue igualada por la estación de Lourizán en Pontevedra. Mientras que en A Coruña, la máxima fue de 23 grados.

La situación provocada por el anticiclón que ha permanecido inalterable en la última semana no parece que vaya a cambiar hoy, aunque puede que los termómetros no suban tanto. Al menos podrían, según los pronósticos, registrarse algunas brisas que contribuirían a refrescar muy ligeramente el ambiente. Será mañana domingo cuando se produzca un descenso en las temperaturas en torno a cinco grados.