Ordeñar una media de 60 reses a primera hora de la mañana, alimentar a las vacas, las novillas y los terneros, limpiar la cuadra y las salas de ordeño... Esa es la rutina que cada día sigue Iratxe Rivas en las explotaciones gallegas que atiende como agente de sustitución cuando los propietarios de las granjas se toman unos días de descanso. Pero su jornada laboral no termina por la mañana, ya que sobre las 17.30 horas tiene que volver para desempeñar las mismas tareas pero a la inversa, empezando por la limpieza y terminando con el ordeño.

Iratxe Rivas trabaja junto a otro compañero como granjera sustituta para la cooperativa coruñesa de Melide, Melisanto, desde que se instauró este servicio en el año 2002. Entre ambos atienden 30 explotaciones -una por día- en los concellos de Melide, Santiso, Palas de Rei y Toques. Y las peticiones van en aumento, aunque reconoce que a un ritmo más lento desde 2008 porque -asegura- "la crisis ha obligado a muchos granjeros a renunciar al ocio".

La Cooperativa Agraria Provincial da Coruña (CAP) también se apuntó a la sustitución en septiembre de 2008 con un solo agente, aunque la demanda le obligó a contratar otro más. Aún así, la asesora técnica de la entidad, Pura Cerreño, explica que pese a la recesión "este año ya está todo cubierto" y el goteo de solicitudes es continuo incluso después del verano. Mientras que Melisanto solo ofrece esta opción a sus asociados, la provincial coruñesa atiende, siempre que el calendario lo permita, a un total de 14 explotaciones de A Baña, Aranga, Arteixo, Cabana de Bergantiños, Frades, Monfero, Ordes, Trazo y Val do Dubra.

Los beneficiados

Pillarse una temporada de descanso, disfrutar de las fiestas patronales, responder a una baja médica, acudir a una celebración familiar o, simplemente, contar con un domingo libre sin las obligaciones de ordeñar dos veces al día o alimentar al ganado, son las razones más repetidas por los ganaderos a la hora de recurrir a la ayuda de un sustituto. La ganadera Asunción López, de Arteixo, es una de las muchas que decidió probar el sistema cuando la cooperativa coruñesa lo puso en marcha. Desde entonces, cada mes se coge un par de jornadas libres en los que un agente se hace cargo del cuidado de sus 80 reses y le permite a su marido y a ella "desconectar de un trabajo que exige estar pendiente de forma continúa todos los días del año", asegura la propietaria de la ganadería Barbeito.

"Como cualquier empleado quiero tener un día de descanso y hasta que nos dieron esta opción teníamos que estar en activo de lunes a domingo", indica José Manuel Turnes. El propietario de la ganadería Sat-Xuaneiro de A Baña explica que este tipo de iniciativas resultan "más económicas" que tener un trabajador a tiempo completo.

Con una explotación de unas 95 vacas de ordeño, el ganadero reconoce que necesita mano de obra y con la crisis no puede permitirse contratar a nadie durante todo el mes pero sí entre 8 y 10 días. También debido a la falta de mano de obra se ha visto obligado a enviar a sus novillas a un centro de recría de Navarra. La cuantía que paga a las cooperativas por poder disfrutar de unas jornadas de descanso "se nota" en esta época tan complicada para el campo gallego. Sin embargo, tanto Asunción como José Manuel son conscientes de que el trabajo de sus "sustitutos" tiene un valor, por lo que prefieren sacrificar parte de sus ingresos a este fin y apretarse el cinturón en otro tipo de gastos

La titular de la ganadería arteixana aclara que hoy en día es imprescindible una ayuda como esta en el campo y "se agradece a pesar del coste que supone", sobre todo, cuando los únicos empleados son los propios productores, como es su caso y el de su marido.

La función principal de los agentes de sustitución es el cuidado del ganado, aunque no la única. En algunas ocasiones, en lugar de llevar el peso de la granja en ausencia de su propietario, adoptan el papel de jornalero para ayudar al productor en la siembra o la recolecta de las cosechas como el maíz o la patata, así como en la recogida del forraje para el posterior ensilado.

Esta figura revolucionó en su momento el sector agrario hasta que, tras varios años en funcionamiento, los ganaderos se muestran ya totalmente familiarizados con el sistema, algo que, según Cerreño, explica el continuo crecimiento de la demanda sin que apenas se haya notado la recesión. Iratxe Rivas recuerda que en sus primeros días de trabajo algunos clientes "no se marchaban muy a gusto" y mostraban cierto recelo. Hoy en la zona todo el mundo la conoce y cualquier temor "está totalmente superado".

La asesora de la cooperativa Provincial de A Coruña entiende esta actitud en un primer momento porque al jugarse la calidad de la leche y la salud del animal, es "lógico" que no quieran dejar sus vacas "en manos de cualquiera". Por eso, los primeros días que un agente visita una explotación nueva, el dueño suele estar con él para explicarle su funcionamiento y apoyarlo en su adaptación.