"Los impuestos deberían subirse en tiempo de bonanza para no hacerlo cuando estamos en crisis, pero no se hace así". Así resumía el alcalde de Malpica, Eduardo Parga, la decisión de la mayoría de los concellos de la comarca de incrementar los impuestos y tasas para paliar la caída de ingresos de las demás administraciones. Fisterra fue el primer Ayuntamiento de la comarca en aprobar la subida de tasas, pero tras él vinieron los demás: Carballo, A Laracha, Zas, Malpica, Coristanco y Camariñas. También lo intentó Cee, pero no pudo llevarse a cabo porque el Gobierno está en minoría, aunque es posible que vuelva a probarlo en las próximas semanas. La mayoría de los alcaldes admite que todavía tendrán que realizar nuevas subidas porque sino no pueden prestar servicios que venían prestando hasta ahora.

La tasa de la recogida de basura es la primera que decidieron incrementar los concellos debido a que es uno de los servicios que presenta más déficit y en algunos lugares llega a duplicarse. Es el caso de Coristanco, donde hasta ahora pagaban 36 euros en el casco urbano y 24 en el rural. El próximo año tendrán que abonar 61,33 y 49 respectivamente, la misma tasa que se aprobó hace unas semanas en Carballo y A Laracha tras un acuerdo de los alcaldes de Bergantiños.

Los vecinos de Camariñas tendrán que pagar el próximo año 72 euros anuales por el mismo servicio, por lo que se convierte en el Concello de A Costa da Morte con la tasa más cara. Hasta ahora era de 60 euros y el alcalde quiso minimizar la subida argumentando que solo supone "un euro más al mes". El problema, como reconocen los vecinos, es que no es solo un euro más al mes, sino que son muchos euros y la situación de las familias es cada vez más precaria. Una familia carballesa con tres hijos y el padre desempleado desde hace meses admite que la situación empeora cada día porque los gastos aumentan y los ingresos bajan, así que las subidas de impuestos se notan por mínimas que sean. El recibo del agua, el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y el impuesto de circulación son los otros de los que echan mano los concellos.