El sector pesquero gallego pierde trabajadores desde hace décadas como consecuencia de las reducciones de flota, los avances tecnológicos y los recortes en las posibilidades de captura, situación que se acentuó en los últimos cuatro años por la crisis económica. El Régimen Especial del Mar perdió en Galicia casi dos afiliados al día desde el inicio de las dificultades actuales. Concretamente, el sector pasó de tener 26.038 profesionales al cierre de junio de 2007 a solo 23.219 a 30 de junio de este año, lo que supone una reducción del 11%, según los datos del Ministerio de Trabajo e Inmigración.

El descenso de trabajadores fue continuado y afectó tanto a los afiliados por cuenta ajena como a los autónomos. Los asalariados gallegos en el Régimen Especial del Mar ascendían a mediados de 2007 a 15.848 mientras que al cierre del pasado mes de junio se reducían a 13.119, lo que supone una caída del 11,6%. La bajada es similar en el caso de los profesionales por cuenta propia, que pasaron de 11.190 hace cuatro años a solo 10.100 en el presente ejercicio, un 9,7% menos.

Los sindicatos no se sorprenden por la pérdida de afiliados y aseguran que incluso es menor de lo esperado. "A la reducción de flota y las mejoras tecnológicas hay que sumar las ilegalidades que cometen algunos armadores de buques que faenan en aguas internacionales, que no dan de alta a parte de sus trabajadores", denuncia el responsable de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras en Galicia, Ramiro Otero. "En los barcos que faenan cerca de la costa también hay casos, pero son mínimos", matiza el portavoz de Mar del sindicato.

Su homólogo en la central sindical CIG, Xabier Aboi, concreta aún más: "Creo que en la flota que faena en la captura del pez espada hay cuatro veces más indonesios que gallegos, lo que pasa es que la mayoría no están dados de alta en la Seguridad Social".

Por provincias, el descenso es generalizado en las tres gallegas con litoral, algo que antes no ocurría. "El número de afiliados bajó en toda Galicia mientras que antes de la crisis Lugo aguantaba bastante bien", lamenta el portavoz de la Federación de Transportes, Comunicaciones y Mar de UGT, Rafael Mesura. "Antes los marineros que se jubilaban pasaban el negocio a sus hijos, que continuaban con la actividad, pero eso ahora ya no ocurre", añade el sindicalista.

Los representantes de los trabajadores del mar tampoco son optimistas de cara al futuro, ante las pretensiones de la Comisión Europea en la reforma de la Política Pesquera Común (PPC), y prevén que el descenso de profesionales siga en caída libre. "La UE va en contra de la flota artesanal y pretende favorecer la acuicultura, con lo que la reducción continuará", asegura Otero. "Aunque nos recuperemos de la crisis, los afiliados van a seguir cayendo y la pesca acabará por desaparecer. Solo quedarán las empresas fuertes. Parece que el objetivo de la UE es importar todo el pescado que necesita", indica Mesura.

Mientras, Aboi afirma que Europa, España y Galicia -los gobiernos- no quieren mantener el sector pesquero. "Quieren pescado de fuera, sin controles, para que ganen todos los eslabones de la cadena, los intermediarios", sentencia el portavoz de CIG-Mar.

La situación de Galicia es extrapolable al resto de España, donde el Régimen Especial del Mar perdió casi 10.000 afiliados desde el inicio de la crisis.

El descenso de profesionales en el mar coincide con un momento en el que el Gobierno ultima la modificación de la normativa sobre tripulaciones mínimas en los pesqueros, invariable desde el año 1964. Los sindicatos advierten de que una cosa es reducir la dotación mínima de las embarcaciones -la necesaria para que operen con normalidad- y otra la de seguridad. "El recorte en el número de marineros muchas veces supone más carga de trabajo para los que se quedan, lo que equivale a menos descanso y más riesgo de accidentes", denuncia el responsable de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras en Galicia, Ramiro Otero.

Los representantes de los trabajadores del mar también alertan de que los salarios en el sector apenas han mejorado en los últimos años, ante la falta de regulación laboral en la actividad. "Hay empresas que están encantadas con esta situación porque tienen mucha mano de obra para elegir, por los profesionales que vuelven de la construcción. Incluso pueden ahorrar algo en salarios. Por eso no hay un interés claro por lograr una regulación mayor", lamenta Otero.

Vuelta al mar de otros sectores

El portavoz de la sección de Mar de CIG, Xabier Aboi, afirma que hubo profesionales que volvieron a embarcar tras años dedicados a otras actividades. "En A Costa da Morte hay varios casos, pero hoy en día, a excepción de algunos sectores muy concretos, no compensa salir a faenar. Los sueldos que ofrecen los armadores no son lo bastante buenos para la dureza y el número de horas que se exigen en la pesca", explica el representante del sindicato nacionalista.