Culleredo ha exportado de ciudades como Barcelona o de otras más lejanas como Tokio, los huertos urbanos.

El Concello aprovechará 50 metros cuadrados de terreno en el pazo de Villa Melania, en Vilaboa, para habilitar 23 parcelas de cultivo que adjudicará a vecinos para que, además de cosechar productos de temporada, aprendan prácticas ecológicas y tradicionales.

El proyecto cullerdense fue escogido entre otros 70 por la Fundación Biodiversidad, que financiará el 70% de su coste.

El intercambio generacional es otro de los pilares de esta actuación, ya que los destinatarios son los jubilados o mayores de 65 años y los jóvenes de entre 18 y 35 años y, en el sorteo, se mantendrá la proporcionalidad en el reparto. Las concesiones serán por tres años, prorrogables a diez.

Para obtener una de las parcelas, además, es necesario estar empadronado en el municipio, tener capacidad para cuidar una huerta y no trabajar otra parcela. Al Ayuntamiento ya han llegado más de 30 solicitudes, pero el plazo oficial de inscripción se abrirá después de que se apruebe la normativa que lo regule.

"Esperamos que puedan empezar a trabajar en los huertos en verano para aprovechar los productos de esta estación", indicó el alcalde de Culleredo, Julio Sacristán, que ayer presentó el proyecto junto a la edil de Formación y Empleo, Marta Iglesias. Los usuarios podrán disfrutar de los productos que cultiven, pero no venderlos, y dispondrán de un espacio cubierto para guardar sus cosas y aperos proporcionados por el Concello. También tendrán obligaciones. No podrán faltar a los cursos formativos y deberán seguir las pautas que allí les impartan sobre cuestiones como prácticas de ahorro de agua o uso de abonos naturales.

"Nos da pena que haya parcelas con zarzas", asegura el alcalde, y explicó que la intención del Concello es llegar a acuerdos con los dueños de estas fincas para expandir los huertos por los núcleos urbanos.