La decisión del Tribunal Supremo de resolver que no cabe someter a la autorización previa de los padres el derecho de los alumnos a partir de 3º de la ESO a decidir colectivamente la inasistencia a clase en señal de protesta ha sido recibida de forma desigual por padres y especialistas. Los primeros apuestan por confiar en sus hijos y que estos aprendan a tomar decisiones desde la participación y el consenso, pero expertos como el presidente de la Asociación Profesional de Pedagogos de Galicia, José Manuel Suárez, recuerdan que a esas edades es "una responsabilidad que no pueden asumir".

Los primeros interesados, los padres, no están preocupados porque "toman con naturalidad el derecho de los niños a ir a la huelga". En Galicia, a diferencia de la Comunidad Valenciana, cuyo decreto cuestionó el Supremo, se sigue la ley estatal, que permite que la decisión sea de los menores a partir de 3º de la ESO y "no hay tantos problemas", como apunta Helena Gómez, presidenta de Confapa en Galicia.

La decana de la facultad de Ciencias da Educación de Santiago, Carmen Fernández, sin embargo, defiende que los tutores sepan lo que hacen sus hijos, porque a esa edad "están configurando su identidad". "Son niños de 14 años. Si piden autorización para todo, ¿por qué para esto no?", se pregunta.

Lo que más le preocupa es el "vacío legal" que deja la decisión del Supremo sobre la "responsabilidad del menor" si decide hacer huelga. "Si los padres son responsables legales del menor en términos civiles, como mínimo deben conocer lo que hacen sus hijos, porque, si no, se coloca a los profesores en una tesitura borrosa y se les somete a presión". "Como mínimo -reitera- los padres deben estar informados". Mientras, el presidente de los pedagogos gallegos defiende que la ley no permite a un menor de 16 años "hacer muchas cosas" y subraya que "no tienen capacidad plena para decidir asuntos de este calibre".