Califica de "preocupante" el incremento de casos de coronavirus en el área de A Coruña, pero asegura que Galicia no se encuentra todavía en la segunda ola de la pandemia ya que no hay "transmisión comunitaria generalizada". El presidente de Sociedad Española de Medicina de Urgencias en Galicia, Tato Vázquez, insta a no bajar la guardia y mantener las medidas de seguridad ya que reconoce que "no es descartable" volver a ver hospitales en riesgo de colapso como ya ocurre en otras comunidades, lo que asegura tendría graves consecuencias a nivel sanitario pero también económico.

Hay más de 500 brotes por toda España y algunas zonas tienen un elevado repunte de casos. ¿Esto era lo previsible a estas alturas de verano o les ha sorprendido?

La situación actual no es preocupante sino muy, muy preocupante por el número de casos y sobre todo el incremento en Aragón, Cataluña, País Vasco y Madrid que va en la misma dirección. Todos los estudios e informes hablaban de la posibilidad de brotes. ¿Si hubiéramos sido absolutamente responsables con las medidas de seguridad no habría tantos? Eso es jugar a tener una bola de cristal, pero probablemente no habría tantos.

¿Qué ha fallado? ¿Por qué la gente se ha relajado con las medidas de seguridad?

Mi sensación es que la población tuvo una excelente responsabilidad durante el confinamiento, pero llegó cansada a la desescalada y luego hubo ciertas presiones que hicieron que algunas zonas o comunidades apenas estuvieran en la fase 3 un día y pasasen ya a la nueva normalidad. Creo que todos, hay que entonar el mea culpa, somos algo culpables de que se pensase que esto se acababa con la desescalada y no es así. Esto no se acaba. No es un accidente de tren o la explosión de Beirut que causa víctimas en un momento determinado, esto es como un incidente de múltiples víctimas pero que se sostiene en el tiempo. Esto no se ha acabado porque no ha desaparecido el agente causal.

Sanidad dice que la situación actual nada tiene que ver con la del inicio de la pandemia. ¿Por qué?

Por dos razones. Por un parte por la población afectada, la edad media es menor y esto está ligado a que los jóvenes tienen contactos más próximos cuando salen y a que la población mayor se ha protegido más al ver lo que pesaba, pero el problema es que tarde o temprano puede afectar a otras edades. Y el segundo motivo por el que la situación es diferente es por la detección de casos. En marzo y abril no detectábamos todos los casos que había porque las PCR eran limitadas y había muchos casos asintomáticos que no se conocían. Según los datos de seroprevalencia, unos 50.000 gallegos tendrían que haber pasado el coronavirus y no se detectaron tantos.

El País Vasco asegura que ya está en el inicio de la segunda ola. ¿Puede decirse lo mismo de Galicia?

De momento no estamos en esa segunda ola a la que se llegaría si se generalizase la transmisión comunitaria. Siempre puede haber lo que se llama un caso huérfano, es decir, del que no se conoce el origen del contagio, pero si esto se generaliza es cuando hablamos de transmisión comunitaria y es lo que tenemos que evitar. Galicia en su conjunto no se encuentra en una situación de transmisión comunitaria aunque hay zonas en las que sí existió esta transmisión durante un periodo como A Mariña, donde hemos tenido momentos problemáticos y que a través de ciertas medidas se ha podido mitigar el brote. Eso no quiere decir que una segunda ola sea descartable.

¿Hay transmisión comunitaria en el área sanitaria de A Coruña?

Es la zona que nos preocupa ahora y hay cierto grado de transmisión comunitaria. Siempre lo hay, siempre hay casos huérfanos, pero lo que tenemos que evitar es que se extienda.

¿Cuándo comenzará a verse si las restricciones adoptadas en el área coruñesa han sido eficaces?

No es algo inmediato. Las medidas aplicadas tardarán en dar resultados entre siete y 14 días. Hay que pensar que los casos que afloran ahora son contagios de antes de las restricciones ya que hay un periodo de incubación de la enfermedad. Tendremos que esperar ahora esos 7 o 14 días para ver si las medidas tuvieron efecto o hay que adoptar más. Eso no quiere decir que no se realice un seguimiento diario de la situación y que si la curva de contagios se dispara se adopten nuevas medidas. Por eso tenemos mañana [por hoy] una nueva reunión para valorar la situación.

A Mariña tuvo restricciones de movilidad con menos casos. ¿Por qué no se aplican en A Coruña?

La situación es diferente. Para limitar la movilidad tiene que existir una concentración clara de los casos en una zona como ocurrió en A Mariña, donde gran parte estaban en Burela. No es el caso de A Coruña, donde los positivos están dispersos por diferentes zonas de la ciudad y otros concellos. Eso no quiere decir que no puedan llegar a imponerse estas medidas en zonas muy concretas.

¿Pero no hay cierto riesgo de que la gente del área coruñesa se desplace a otras zonas?

Sí, existe ese riesgo, pero se entiende que un caso confirmado no puede salir de su casa y que los contactos tienen que guardar la cuarentena.

¿Puede haber un segundo confinamiento masivo?

Si se llega a una situación extrema, el confinamiento se ha visto como la medida más efectiva, pero tiene muchos efectos secundarios. Si se vuelve a lo vivido, lo que vendrá después será una pandemia económica. Y hay que tener en cuenta que ya hay hospitales como en ciertas comarcas de Lleida casi al completo. Hay que apelar a la responsabilidad individual para no volver a la situación anterior.

¿Cómo se conciencia a la gente para que cumpla las medidas de seguridad?

Hay que cambiar la mentalidad y tener claro que el virus, el elemento agresor va a vivir tiempo con nosotros durante un tiempo. Esta es la realidad, no queda otra que aceptarlo y pensar si realmente es necesario hacer esa reunión de amigos de todos los años o esperar unos seis meses porque el riesgo existe. Si se cumplen las tres i (incumplir, irresponsabilidad, insolidaridad) se volverá a un situación como la que ya vivimos y que estará marcada por el dolor, el sufrimiento y es difícil decirlo, pero también por cajas de madera.