Más que de tercera ola habla de un “tsunami” que llena las Urgencias de los hospitales gallegos no solo de pacientes COVID sino, a diferencia de lo que ocurrió hace casi un año, también de enfermos con patologías generales. Conscientes de que tanto el espacio como los recursos disponibles son “finitos”, el nuevo presidente de la Sociedad Española de Medicina de Urgencias y Emergencias en Galicia (Semes Galicia) y coordinador de Urgencias en el Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (Chuac), José Manuel Fandiño, pide a los ciudadanos hacer un buen uso de los servicios sanitarios a la vez que demanda que tanto en los hospitales como en Atención Primaria “los recursos estén a pleno rendimiento”. “Nos llegan pacientes tras muchas consultas telefónicas, hay que retomar la atención presencial”, sostiene.

¿Cómo afrontan esta tercera ola los servicios de Urgencias de los hospitales gallegos? ¿Qué diferencias hay con las olas anteriores?

Tenemos muchísimo trabajo, esta tercera ola es un tsunami en el que viene mucha gente a Urgencias. Tenemos más que en la primera porque a diferencia de entonces, donde incluso bajó la atención a personas con problemas cardíacos o ictus, ahora sí están llegando estos pacientes a los que hay que ver y otros con patologías generales. En la segunda ola no llegamos a tener este pico y ahora es cierto que además viene mucha más gente con sospecha de COVID o ya diagnosticado porque mientras en la primera ola los detectábamos aquí, ahora muchos ya están diagnosticados del virus pero vienen porque sus síntomas han empeorado.

¿Qué porcentaje de los pacientes que atienden tienen COVID?

En Galicia entre un 35 y un 50% de los pacientes que vienen a Urgencias son sospechosos de COVID y un alto porcentaje, en algunos hospitales entre el 40 y el 45%, tienen que ingresar.

¿Ha cambiado el perfil?

Ha bajado algo la edad. Ahora muchos tienen entre 50 y 60 años cuando antes eran más de 70 u 80, probablemente también por el buen trabajo realizado en las residencias. Y a ellos hay que sumar los que llegan por otro tipo de patologías. Esto es una situación que no habíamos vivido en los últimos cien años y los hospitales se están llenando.

¿La gente ha perdido el miedo que había durante el confinamiento a ir a Urgencias?

Ya no hay tanto porque llevamos un año de pandemia. Hacemos un llamamiento para hacer un uso responsable de los servicios sanitarios. En algunos centros entre el 20 y el 30% de pacientes que van a Urgencias podrían ir a otros servicios sanitarios y a Urgencias tienen que venir los que hay que ver y ahí estaremos siempre en primera línea para atenderlos. Yo siempre pongo el ejemplo del grifo. Si gotea de noche, no es necesario llamar al fontanero hasta el día siguiente, pero si hay una inundación, sí. Pero también hay que tener todos los recursos sanitarios a pleno rendimiento, plenamente operativos. En los servicios de Urgencias vemos a pacientes que llegan tras muchas consultas telefónicas en Atención Primaria. Hay que retomar la atención presencial porque el médico necesita ver el color del paciente, su piel, el aspecto físico... La consulta telefónica puede servir para dar unos resultados, pero no puede ser la tendencia. Y también los hospitales deben poner a pleno rendimiento todos sus recursos.

¿No se hace?

En Urgencias tenemos siempre el conflicto de la limitación de espacio y recursos. Tenemos más flujo de pacientes y encima ahora divididos en dos circuitos para COVID y no COVID. Eso obliga a trasladar a personal de uno a otro y necesitamos que nos saquen pacientes para que no ocurra como ha pasado puntualmente en algunos centros de tener a pacientes en los pasillos. No puede ser que les pidamos no estar en zonas concurridas y que pase esto. En la primera ola se hizo muy bien porque cuando alguien daba positivo iba a un área pre-COVID y después a otra de afectados y esto hay que mantenerlo porque ahora la situación es peor en cuanto a número de pacientes.

En el Hospital de A Coruña están con obras en Urgencias. ¿Qué es lo que están habilitando?

Ante el aumento de pacientes COVID hemos sellado la zona de camas de observación para dividirla por la mitad y salvaguardar a los pacientes con patología general de los sospechosos de coronavirus.

¿Qué le parecen las restricciones impuestas por la Xunta?

Creo que deberían haberse aplicado antes e igual no habríamos llegado a esta situación que ahora solo podemos modular. Hay que tener en cuenta que las medidas que tomamos hoy, no empezarán a tener efecto hasta dentro de unos 14 días. Nos quedan unas dos o tres semanas donde seguirán aumentando los ingresos y los espacios son finitos y ya se habla de funcionar como un hospital único y trasladar pacientes de unos a otros. Se calcula que un 5% de los contagiados acabará ingresado y un 1% en Unidades de Cuidados Intensivos. Nos queda mucho y por eso hay que insistir en el autoconfinamiento de la población, es esencial porque nos estamos jugando mucho.

¿Cómo hemos llegado hasta aquí? ¿Son los encuentros navideños o influye también las cepas más virulentas?

Influyen muchos factores. La población estaba avisada, pero las ganas de algunos ciudadanos de ver a sus familiares han hecho que, por desgracia, para algunos sea la última vez que los vean. Hay quien no ha cumplido las restricciones impuestas y la falta de conciencia de unos pocos nos ha llevado a esta situación. Pero también influye el no haber tomado las medidas necesarias en el tiempo adecuado y probablemente la mayor transmisibilidad de las nuevas cepas.

¿Se han reforzado las plantillas en los servicios de Urgencias gallegos ante el aumento de pacientes por la pandemia? Sí, con la pandemia se reforzó a la plantilla mediante los médicos internos residentes que terminaban el MIR y se les hizo un contrato para continuar, pero tenemos falta de recursos médicos y de enfermería. El problema es que no hay facultativos ni enfermeros y esto es un tema grave porque cuando hay una baja nos obliga a la autocobertura o en algunos casos trasladar a personal de otras áreas.

“Faltan recursos médicos y de enfermería y esto obliga a hacer autocobertura si hay una baja”

¿Se han reforzado las plantillas en los servicios de Urgencias gallegos ante el aumento de pacientes por la pandemia?

Sí, con la pandemia se reforzó a la plantilla mediante los médicos internos residentes que terminaban el MIR y se les hizo un contrato para continuar, pero tenemos falta de recursos médicos y de enfermería. El problema es que no hay facultativos ni enfermeros y esto es un tema grave porque cuando hay una baja nos obliga a la

autocobertura o en algunos casos trasladar a personal de otras áreas.

 El ya exministro Salvador Illa prometió sacar adelante la especialidad de Medicina de Urgencias. ¿Se ha aprobado?

Sí, prometió que estaría aprobada antes de finalizar 2020 pero ha incumplido. Es una demanda de hace más de 30 años. Debe existir una formación especializa en Urgencias. Es algo que hay en todo el mundo occidental, de Reino Unido a Francia, EEUU o Australia. Y lo paradójico es que en España sí existe en el ámbito militar, hay médicos especializados en Urgencias.

¿Qué especialidad hacen quienes trabajan en Urgencias?

Una gran mayoría somos médicos de familia y después nos hemos formado como hemos podido, con cursos, etc... Lo que demandamos es un sistema MIR, es decir, que sea a una especialidad reglada como las demás ya no por nosotros sino por los pacientes a los que queremos dar la mejor atención y eso se hace con una formación reglada. Urgencias permite una visión transversal de la medicina porque sabemos algo de todo o el manejo tiempo-dependendientes en casos como infartos o ictus, por ejemplo. Es una duda histórica absoluta el que se reconozca esta especialidad.

¿Qué ocurre si un médico que trabaja en Urgencias en España quiere ir a otro país?

Precisamente esto va en contra de los traslados por el espacio europeo. Si yo, por ejemplo, que tengo mi plaza de médicos de Urgencias y llevo muchos años aunque hice otras especialidad quiero ir a trabajar a un país donde sí hay la especialidad, no tengo el título adecuado. Y ocurre al revés. Médicos de países como Alemania o Reino Unido que quisieran venir a España verían como aquí no se les reconocía su especialidad.

¿A qué cree que se debe el no reconocer la especialidad?

Sinceramente creo que se debe a múltiples presiones de lo que llamaré minifundismo metal, de ciertos nichos de otras especialidades. Hay que velar por el bien común de los profesionales y de los pacientes. En Galicia se aprobó en el Parlamento una proposición no de ley instando a Illa a aprobar esta especialidad y lo mismo en otras autonomías como La Rioja.