Un planificado asalto que acabó en fracaso. La Guardia Civil frustró a tiros la pasada madrugada un intento de atraco por el método del alunizaje a una entidad bancaria de la localidad ourensana de Entrimo. Todo sucedió cuando tres encapuchados, al parecer de origen portugués, destrozaron la entrada de la entidad empotrando contra la cristalera un camión grúa robado horas antes en O Carballiño.

Cuando ya estaban cargando el cajero automático en el vehículo para marcharse con el botín, una patrulla los sorprendió en faena. Uno de los individuos aguardaba en las inmediaciones apuntando con un arma, por lo que los guardias realizaron disparos al aire para intimidarlos. Sirvió el propósito. Los tres hombres, vestidos con ropa oscura, desistieron pero lograron huir en dirección a la frontera portuguesa en un coche estacionado en las proximidades.

El espectacular atraco, finalmente frustrado y sin balance de heridos, fue perpetrado en torno a las tres de la madrugada. Los ladrones habrían recorrido cerca de 100 kilómetros desde O Carballiño, donde robaron el camión grúa tras forzar el cierre de una empresa de prefabricados. Una vez en Entrimo, estrellaron el vehículo marcha atrás contra la fachada de la oficina de Caixanova.

Cada uno de los asaltantes tenía un papel. Uno de ellos accedió al interior de la sucursal, otro se encargó del manejo del dispositivo de la grúa del camión y el tercero asumió labores de vigilancia mientras sus compañeros perpetraban el robo. Este último empuñaba un arma cubriendo a sus compañeros en la carretera que atraviesa el lugar del suceso y que, en su extremo, conecta con la frontera lusa de A Meixoeira.

Dispositivo de búsqueda

Fue una patrulla del Seprona de la Guardia Civil la que acudió al lugar. Un vecino alertado por lo que ocurría en el mismo centro de la localidad dio aviso al Instituto Armado y la responsabilidad de llegar en primer lugar recayó en dos agentes del Seprona de servicio en las proximidades, cerca de la frontera lusa. Tardaron en torno a siete minutos y al aproximarse por la carretera OU-1212, que conecta la OU-540 con la raya lusa, los agentes vieron a unos cincuenta metros al sospechosos que empuñaba el arma y apuntaba con ella. Parapetados en el vehículo, los guardias solicitaron refuerzos pero además decidieron realizar varios disparos intimidatorios que motivaron la fuga de los atracadores.

Los tres aprovecharon el momento para emprender la huida, dejando atrás el camión grúa y el cajero automático que pretendían sustraer. Se dirigieron a un coche que estaba aparcado en las inmediaciones, al parecer un turismo familiar de color gris con el que se marcharon hacia la frontera con Portugal, consiguiendo poner tierra de por medio.

Los investigadores consideran como hipótesis que disponían de ese vehículo para utilizarlo como una especie de lanzadera en la huida con el botín, de haber prosperado el atraco.

Fuentes de la entidad no han valorado la cantidad de efectivo almacenada en el expendedor que los atracadores pretendían llevarse. Al cierre de esta edición. La Guardia Civil mantenía un amplio dispositivo en marcha por tierra y por aire tanto en España como en Portugal para tratar de localizar a los sospechosos.