Arribada de dos buques singulares al Puerto de A Coruña

El pesquero antártico ‘Polar Bay’ y el portaaviones ‘Giuseppe Garibaldi’ recalan en los muelles de Calvo Sotelo y Trasatlánticos

El portaaviones 'Giuseppe Garibaldi', a su entrada en el puerto

El portaaviones 'Giuseppe Garibaldi', a su entrada en el puerto / Carlos Pardellas

El muelle de Calvo Sotelo sur y el de Trasatlánticos acogen a dos buques singulares que permanecerán en el puerto coruñés en los próximos días. El primero en llegar fue el Polar Bay, un palangrero y congelador destinado a faenar en los caladeros de la Antártida, mientras que a última hora de la tarde arribó el portaaviones Giuseppe Garibaldi, uno de los navíos más notables de la Armada italiana, de la que llegó a ser su buque insignia. Aunque en principio también iba a amarrar en Calvo Sotelo, en el último momento se decidió que lo hiciera en Trasatlánticos. El buque está consignado por la agencia Incargo Galicia.

El pesquero, con bandera de la isla de Santa Elena fue botado el 8 de febrero, por lo que es totalmente nuevo. Llegó desde Gibraltar y se encuentra en A Coruña para prepararse para su trabajo en las aguas australes, por lo que se están poniendo a prueba todos sus equipos y se avitualla de todo lo necesario para una larga estancia en el océano Antártico. Está previsto que su salida de A Coruña, donde está consignado por Rubine e Hijos, se produzca el día 22 de marzo. El buque tiene una eslora de 60,5 metros y una manga de 13 metros. Su registro bruto —el peso del navío— es de 22.257 toneladas, a las que se pueden sumar 678 más de carga que puede transportar. La dureza del clima que deberá soportar hace que su diseño exterior sea mucho más cerrado que el de otros pesqueros. Cuenta con una tripulación de 13 personas.

El ‘Polar Bay’, amarrado en Calvo Sotelo, y el ‘Giuseppe Garibaldi’, a su entrada en el puerto.   | // CARLOS PARDELLAS

El ‘Polar Bay’, amarrado en Calvo Sotelo. | // CARLOS PARDELLAS / Carlos Pardellas

El Giuseppe Garibaldi arribó al puerto ya sin luz diurna. Botado en 1983, este portaaviones tiene 180,2 metros de eslora y 33,4 de manga, unas dimensiones reducidas para el despegue y aterrizaje de aeronaves, aunque hay que tener en cuenta que lleva a bordo tanto helicópteros de combate como aviones Harrier, que pueden elevarse y descender de forma vertical.

Su cubierta dispone además en el extremo de proa de una rampa de lanzamiento que hace posible que los aviones se eleven más rápido en su corta pista. El buque cuenta con una tripulación formada por 500 personas, a las que se añaden otros 225 militares que prestan servicio en las aeronaves.