Golpe en A Coruña a una de las redes de venta de droga que nutría a los pequeños traficantes de los barrios

La Udyco de Pontevedra realizó registros en varios puntos de la ciudad y detuvo a dos personas tras la investigación dirigida desde un juzgado de Caldas

Los estupefacientes se recogían en Arousa y se distribuían en la ciudad

Patrullas de la Policía Nacional delante del número 120 de la ronda de Nelle el pasado febrero. |   // CASTELEIRO

Patrullas de la Policía Nacional delante del número 120 de la ronda de Nelle el pasado febrero. | // CASTELEIRO

a. r. / M. l. / j. m. g.

La Policía Nacional detuvo a dos personas en el transcurso de una amplia operación contra el tráfico de drogas en varios puntos de la ciudad de A Coruña, entre ellos el número 114 de ronda de Nelle, cerca del edificio ocupado ilegalmente por decenas de personas que fue desalojado esta semana tras un incendio. La actuación, liderada por la Unidad de Droga y Crimen Organizado 2 (Udyco 2) de Pontevedra, supone un golpe a una de las redes de distribución de tráfico medio, principalmente de cocaína, que, según fuentes próximas a la investigación, nutrían a muchos de los vendedores a pequeña escala que, en los últimos meses, están multiplicando las protestas vecinales por problemas de convivencia en los barrios coruñeses y la proliferación de delitos y faltas asociadas al consumo de droga.

La operación, que comenzó en la madrugada del martes al miércoles, sigue abierta y según fuentes policiales podrían producirse más detenciones. Es fruto de una investigación que se inició el pasado febrero con la detención de dos personas en entrada de la AP-9 a la altura de Godos (Caldas de Reis-Pontevedra).

Los detenidos portaban dos kilos de cocaína en su automóvil y ambos se encuentran ahora mismo en prisión. Según ha podido saber este diario, en el momento de la detención, regresaban de adquirir los estupefacientes en la zona de Arousa para transportarlos hacia A Coruña. La intervención policial llevada a cabo ayer miércoles se dirigió contra el siguiente nivel de la cadena comercial: las personas que compraban cierta cantidad de droga a quienes ahora ya están en prisión y que a su vez la distribuían entre los pequeños camellos de la ciudad.

Repartido por pisos y casas en muchos barrios de la ciudad, este trapicheo en el último escalón de la pirámide ha generado conflictividad social, ya que la actividad de los traficantes ha suscitado la aparición de protestas vecinales en lugares como Monte Alto, Os Mallos, Sagrada Familia y O Ventorrillo, en las que se ha tratado de expulsarlos al considerar que las autoridades no hacían lo suficiente. El edificio ocupado de ronda de Nelle 120, a solo unos metros de donde se produjeron las detenciones, fue el escenario de una de las concentraciones, a la que en las últimas semanas se añadió la realizada ante una vivienda de la calle Vizcaya.

El peligro de que los residentes se tomasen la justicia por su mano hizo que en repetidas ocasiones se advirtiese de que las operaciones policiales precisan de sigilo y tiempo para ser efectivas, por lo que se reclamó a los vecinos de que tuvieran paciencia y no optasen por la violencia para resolver el problema.

La subida de la delincuencia en A Coruña al inicio del año casi triplicó la de Galicia, que fue del 3,2%. Los datos de todo el año revelarán si cambia la tendencia de 2023, año en que se detuvo el aumento de delitos que solo se detuvo en 2020 por el confinamiento de la pandemia.

Trece delitos por narcotráfico en el primer trimestre

El balance de la criminalidad del primer trimestre del año que hizo público el Ministerio del Interior reflejó que los delitos por tráfico de drogas pasaron en A Coruña de 15 a 13 en comparación con el mismo periodo de 2023, aunque el número total de infracciones penales se incrementó un 9,2% al subir desde las 2.907 a las 3.174. Los hurtos fueron una de las modalidades delictivas que más influyeron en ese aumento debido a que son muy numerosos en la ciudad y durante los tres primeros meses del año crecieron un 6,2% y sumaron 1.162 casos. Los robos con fuerza cayeron sin embargo un 35,8% al pasar de 137 a 88 y de estos, los cometidos en viviendas disminuyeron un 21,7% al bajar desde los 46 a los 36, mientras que los robos con violencia e intimidación se situaron en 73, cuando el año pasado fueron 71.