La arquitectura reciclada de A Coruña

Los edificios del hotel Ferrocarrilana, La Unión y el Fénix, y Banco de Madrid se transformaron utilizando parte de su estructura original

Edificio del antiguo hotel Ferrocarrilana.    | // G. BARREIROS/R. AGENCIA

Edificio del antiguo hotel Ferrocarrilana. | // G. BARREIROS/R. AGENCIA

El edificio número 2 de Rúa Nova, que hace esquina con la calle Real, es por su ubicación uno de los más conocidos de la ciudad, ya que se encuentra a solo unos pocos metros del Obelisco. Pero pocos saben que se trata de una de las escasas muestras de reciclaje arquitectónico existentes en A Coruña, donde lo habitual es derribar las construcciones antiguas y que no queden vestigios de ellas al ser sustituidas por otras nuevas.

Hasta los años veinte, ese inmueble estaba ocupado por el hotel Ferrocarrilana, cuyo nombre aludía a la diligencia que unía A Coruña con Santiago que salía y llegaba allí mismo, por lo que en sus proximidades se encontraban también los hoteles Palace y Roma. En los años veinte el inmueble cambio de propietarios y de actividad, momento en que bajo la dirección del arquitecto Eduardo Rodríguez-Losada se remodeló y se construyeron dos plantas más sobre las existentes.

Edificio del antiguo hotel Ferrocarrilana.   | //  G. BARREIROS/R. AGENCIA

Soportales del instituto da Guarda en Riazor. / Germán Barreiros/Roller Agencia

“En las fotos de la época se ve claramente cómo realmente la fachada de abajo la dejaron tal cual, y encima le construyeron toda la ampliación con la cúpula encima”, explica Francisco Dinís Díaz, arquitecto y concejal de Urbanismo, quien detalla que años más tarde el edificio volvió a experimentar una transformación al convertirse en la sede del entonces Banco de Bilbao. “Sobre los años 40 y 50 se retiró la cúpula, se revistió fachada y se le colocó esa peineta en la esquina que era muy habitual en la época imitando arquitecturas de Madrid, como también pasa en la plaza de Vigo con el edificio de la Seguridad Social”, explica Díaz.

En su opinión, se trata de una solución poco habitual que califica de “ahorro total a la hora de construir” y de la que hay pocas muestras en la ciudad, una de las cuales es el edificio conocido durante muchos años como el de La Unión y el Fénix, situado en la plaza de Mina, que fue el primero que existió en el Ensanche, hasta entonces una zona sin edificar al otro lado de Juana de Vega a la que llamaba Campo de Carballo.

Soportales del instituto da Guarda en Riazor.   | // G. BARREIROS/R. AGENCIA

Banco de piedra y galería del edificio Viacambre. / Germán Barreiros/Roller Agencia

Promovido por el empresario Fernando González, fue denominado popularmente como el de Fernandón, y en los años cuarenta fue ampliado para albergar a la empresa aseguradora, momento en que se instalaron la cúpula coronada por la estatua sobre ella. “Es otro caso paradigmático, pero no hay muchos más”, señala Díaz, quien considera que se trata de un caso de “reciclaje forzado por motivos económicos”.

Piedra y galerías

El edificio Viacambre, en el número 7 del Cantón Pequeño, fue diseñado en 1974 por el famoso arquitecto Carlos Fernández Gago sobre el solar que ocupó un inmueble con fachada de piedra y galerías que en su bajo albergó la ferretería Torres y Sáez, lugar en el que se instaló una oficina del hoy desaparecido Banco de Madrid.

“Es un edificio magnífico de prefabricados de hormigón y de los mejores de la época que hay en la ciudad” , opina Díaz, quien comenta que en el atrio se aprovecharon piezas de cantería del edificio antiguo para construir un banco y sobre el mismo se instaló una falsa galería. “Me da la impresión —no tengo pruebas, pero tampoco dudas— de que fue una intervención del promotor, porque en el proyecto en ningún momento figura ese banco un poco kitsch ni la galería de la entreplanta”, elementos que, junto con la verja colocada posteriormente para cerrar el atrio, a su juicio “desvirtúan” el edificio de Fernández Gago.

La demolición del Hospital de la Caridad, cuyo solar ocupa hoy el instituto de Zalaeta, coincidió con la ampliación del instituto Eusebio da Guarda. “Se desmontaron las piedras principales del hospital, que era un edificio estupendo del siglo XVIII, y con ellas se amplió el instituto hacia la playa, por lo que los soportales que dan a Riazor realmente son los del patio del Hospital de la Caridad”, señala Díaz, quien añade que puede comprobarse al apreciar que la piedra es más antigua que la del edificio original del centro educativo.

Partes del hospital también fueron empleadas en la reforma de la Casa Cornide cuando fue adquirida por la familia Franco, como la ampliación que se construyó tras el derribo del inmueble adyacente y la escalera secundaria de este palacete, como recuerda Díaz. Otro inmueble coruñés cuenta con otro vestigio de aquel centro sanitario, y es precisamente el que lo sustituyó en esa función, el antiguo Hospital Labaca, hoy Centro Oncológico de Galicia, ya que el dintel de su entrada principal era el que poseía el edificio del barrio de Zalaeta.

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