Entrevista | Robe Iniesta Músico

“El rock no ha sido nunca un género de mayorías en España”

El exlíder de Extremoduro llevará este sábado su gira ‘Ni santos ni inocentes’ al muelle de la Batería de A Coruña

Robe Iniesta durante un concierto de su gira 'Mayéutica'.

Robe Iniesta durante un concierto de su gira 'Mayéutica'. / Javier Belver / EFE

Juan Hernández

Hay artistas cuyo legado está más allá del nombre del grupo que les dio a conocer. Músicos que se han labrado una respetada carrera que ha calado en lo más profundo de muchas generaciones. Es el caso de Robe Iniesta (Plasencia, 1962), una leyenda de la música que lleva su gira Ni santos ni inocentes al muelle de la Batería de A Coruña este sábado (22.30 horas) en el marco del ciclo Coruña Sounds.

Cuando sacó Lo que aletea en nuestras cabezas, el público se pensaba que era un divertimento hasta el regreso de Extremoduro. A día de hoy, cuatro discos y un directo en DVD confirman que la banda ha venido para quedarse.

Yo también lo pensaba, eh. Daba por hecho que iba a ser una cosa puntual cuando empecé con esto. Hicimos el primer disco sin tener ningún pensamiento de tocar en directo ni de nada. Simplemente de hacer ese álbum y pasárnoslo bien. Luego nos gustó mucho la cosa y vimos la posibilidad de hacer una gira, también como una cosa única. Por eso grabamos el DVD, porque pensábamos que era un directo que nunca más íbamos a hacer y para así tenerlo de recuerdo.

¿Este proyecto ha cambiado a Robe Iniesta?

No, a mí me ha cambiado la vida. La vida es lo que te va cambiando y las cosas que haces cambian contigo. Lo raro sería que siguiera haciendo las mismas canciones que hace 30 años. Lo normal es que haya una evolución en la manera de componer, aunque yo en eso no tengo mucha mano. No puedo planear qué voy a escribir o sobre qué, pero está claro que lo que sale, sale de adentro y muestra esa evolución que tienes con la vida.

Y si algo rezuma de este proyecto es la importancia de la melodía, que se mantiene en un nivel casi orquestal en las canciones.

Las canciones se podrían hacer de muchas formas, pero estar con esta gente con esa versatilidad y ese buen gusto hace que seamos ambiciosos. Desde el primer disco, que era muy diferente, ya se respiraba. Luego entró Woody (a la guitarra) y ya cambió la cosa a algo más rockero. Pero bueno, seguimos buscando nuestro sonido sin dejar de experimentar.

Abre el último disco el tema El hombre pájaro, con claras alusiones a la falta de fuerzas. Algo que podía interpretarse con que no se veía con fuerzas para seguir mucho más en la música. ¿Hay algo de cierto en esto?

Hombre, yo eso no lo tengo pensado ni mucho menos. Eso cuando llegue, llegará. De momento estamos con la gira en todo lo alto y los conciertos están saliendo bonitos. La gente creo que lo está disfrutando. Las letras las tiene que interpretar uno mismo. Una canción no habla de lo que el autor diga que habla, sino de lo que le sugiere al que la escucha. Al final, si la canción te sugiere unas emociones y a ti te parece que habla de algo, ¿por qué no? ¿Qué más te da en lo que estuviera pensando el autor cuando lo estaba haciendo?

En este sentido, ¿en qué momento diría que se encuentra ahora mismo?

En un momento muy bueno de mi carrera, con un disco que le ha gustado a todo el mundo y que a nosotros también nos gusta mucho tocar. Si fuera por nosotros, solo haríamos en concierto las canciones del disco nuevo, vuelta y vuelta (ríe).

Ha vivido varios cambios en la industria, como la entrada de las plataformas digitales como Spotify o la desaparición de los discos tal y como se conocían. ¿Cómo valora esta evolución?

Pues en algunos sentidos bien y en otros no tan bien. Lo de que se hagan singles en vez de discos enteros tampoco es un cambio demasiado grande. Antiguamente, solo se hacían sencillos y luego se sacaban discos largos cuando se tenían un montón de singles simplemente por juntarlos en algo. De alguna manera está bien porque es más accesible.

¿Y cuál diría usted que es la mayor diferencia?

Que todo el mundo oye lo mismo al mismo tiempo. No comprendo cómo salen canciones de muchos chavalitos jóvenes que se convierten en todo un fenómeno. Y estos chavalitos tienen muchísimas más escuchas que las que voy a tener yo en toda mi vida. Es algo que me flipa, cómo se ha puesto de acuerdo todo el mundo para oír la misma canción en la misma semana.

A pesar de eso, cuando sacó el disco, se encontraba en las listas de más escuchados junto a esos artistas jóvenes que menciona.

Sí, y me sorprendió porque manejan otro volumen de cifras. A mí que me escuchen un millón de personas me parece algo alucinante, pero para esa gente un millón no es nada.

También es cierto que todo el mundo ha escuchado aunque sea alguna canción de Extremoduro. Eso le tendrá que dar cierta autoestima.

Hombre, claro, autoestima te tiene que dar, pero en su justa medida. Yo siempre lo digo: los artistas necesitamos tener el apoyo de la gente porque en el arte no hay nadie que pueda decir “esto está bien hecho o esto está mal”. Tú mismo no sabes si lo que estás haciendo es bueno; necesitas tener ese apoyo y que te lo diga el público, pero no puede servirte para presionarte y pensar “me han dicho que he creado una obra de arte, así que la próxima debe ser aún mejor”. El público debe servir para animarte y darte fuerza, pero no para presionarte pensando que eres la hostia.

Podemos decir que no es una persona dependiente de su público.

No, porque para depender del público tendría que establecer un rumbo, y en mi caso no hay ningún rumbo que marcar. Mi carrera se ha construido sin un rumbo fijo. No puedo ni siquiera plantearme que voy a escribir una canción sobre un tema concreto. La cosa va al revés, primero sale y luego adivino de qué estoy hablando. Tengo la suerte de que al público le gusta lo que hago porque no sabría hacer otra cosa. Yo me pongo a componer y ahí no hay ninguna línea que seguir, lo único válido es que lo que salga me emocione. Más de una vez he dicho “voy a hacer una canción alegre” y cuando voy por la mitad digo “coño, ¿dónde se ha torcido esto?”.

El otro día le dedicaron una canción en un colegio de Extremadura. ¿Su música es apta para todos los públicos?

No, yo creo que hago música para adultos. Las letras hay que saber entenderlas para darles un significado, no puedes tomar las cosas al pie de la letra. Y un niño no creo que pueda hacer esto.

Y no solo en las letras. Con La ley innata introdujeron melodías de Bach y ahora, en El poder del arte, vemos una intro que trasladan al oyente a La fille aux cheveux de Debussy. ¿Le inspiran más los compositores clásicos que los grupos de rock?

No, lo que pasa es que casi todos los componentes del grupo tienen una formación clásica y es más fácil que surjan estas cosas. Yo estoy abierto a todo, no pongo ninguna regla a la hora de hacer las canciones, como te comentaba antes. Es buscar que cada canción sea original respecto a las demás.

¿La música de ahora ha perdido esa originalidad?

No lo sé. Veo mucha música igual, pero también hay sonidos muy diferentes e interesantes. Lo que pasa es que parece que solo existe lo mayoritario, lo que estás oyendo por todos los lados, pero realmente hay mucha música que tienes que ir a buscar porque no te la manda el algoritmo. El rock no ha sido nunca un género de mayorías en España.

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