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5-3 | El Liceo cede en la locura final

Pasó del 3-0 al 3-3 en tres minutos, pero Jordi Bargallò destrozó todas las ilusiones

César Carballeira y Sito Ricart, en plena disputa con los jugadores del Noia. |  // LICEO

César Carballeira y Sito Ricart, en plena disputa con los jugadores del Noia. | // LICEO

Carlos Miranda

Carlos Miranda

Del cielo al infierno en unos segundos. El tiempo que le llevó a Jordi Bargallò conducir la bola desde el saque de centro y clavarla en la escuadra. 4-3. Había hecho el Liceo lo imposible en los tres minutos previos, había pasado del 3-0 al 3-3 en un chasquido de dedos con los goles de Dava Torres, Fabri Ciocale y Bruno Saavedra, y se le vino el mundo encima con esa genialidad de su exjugador. Bargallò volvió a romper el duelo y reventó el Ateneu. Del muro y el control a la locura, esa que parecía que iba a salvar a los coruñeses y acabó condenándoles. 5-3 en un duelo de poder a poder en el primer asalto por la final. Se lo lleva el Noia, pero los hombres de Juan Copa tienen mucho que pelear el domingo y en el resto de la serie.

El Liceo le quiso poner la cara desde el primer instante. Sabía que iba a ser un envite físico, porque lo es siempre con el Noia, y quiso igualarlo el choque en esa faceta. No fue sencillo para ninguno de los dos equipos imponerse en los primeros compases. El dominio era alterno, el Liceo parecía querer transitar más, no le dejaban.

Y antes de los cinco minutos llegó el primero de los dos percances que sufrió Martí Serra en el primer acto. Jordi Bargallò reclamaba penalti, pero el golpe se lo había llevado el meta liceísta. A Juan Copa no le gustaba en exceso lo que estaba viendo, a pesar de que no se movía el marcador. Pedía el primer tiempo muerto para los coruñeses.

El Noia, sin tener claridad en el juego ni en la definición, sí que pretendía llevar este primer partido de la eliminatoria a su terreno. Pronto se cargaron de faltas los catalanes. En torno al minuto diez llegó un buen tramo liceísta con un par de intentos de Dava Torres. No pintaba nada mal el choque, aunque aún quedaban muchas descargas de los locales. En torno al minuto 15 la dupla Martí Gabarró e Iván Morales empezó a rondar con un mayor peligro la meta de Martí Serra. Recuperaban bien, transitaban, lo probaban. Justo en una mala salida del Liceo desde atrás, esta pareja recuperó la bola y estuvo lista para cazar un rechace. La asistencia de Morales posibilitaba el gol de Gabarró. Llegaba el 1-0 en un partido cerrado, disputado, peleado. El tanto sucedió en ese momento en el que Juan Copa le estaba dando descanso a Dava Torres y César Carballeira.

El Liceo no cejó en su empeño de empatar antes del descanso, pero no le sobraron las ocasiones. Lo intentó hasta el pitido del descanso. Aun así, estuvo más cerca el 2-0 en un disparo en el que se tuvieron que emplear a fondo Fabri Ciocale y Martí Serra, que debió ser de nuevo atendido.

El equipo coruñés se entonó en la segunda parte. En la primera le había costado transitar y en la segunda encontró más espacios. Le faltó puntería en ese primer tramo hasta que el desenfreno del final. Tomás Pereira falló una directa, pero antes Bruno Saavedra había mandado una al palo y Pablo Cancela o Dava Torres habían disfrutado de sus ocasiones. Estaba perdonando el equipo verdiblanco y no haría lo mismo el Noia. De nuevo, una salida y un robo posibilitaron que, entre Gabarró, Morales y Costa, hiciesen el 2-0. Instantes después Gabarró fallaba su segunda directa, esta vez por una azul a Bruno Saavedra. Eso sí, Bargallò sí que tuvo el temple para colocarse y esperar su momento para lograr el 3-0 en plena superioridad.

Parecía que en ese momento el duelo ya estaba roto y sentenciado, pero eso nunca ocurre si está el Liceo delante. Dava, Ciocale y Bruno pusieron el empate y encendieron las ilusiones en tres minutos hasta que vino Bargalló a apagarlas. Antes de que muriese el duelo, Morales tuvo tiempo de hacer el 5-3 en el medio de la locura y Carballeira de fallar un penalti. Duelo grande que salió cruz, pero que anima al Liceo ante lo que tienen por delante: asaltar el Ateneu y llegar a la final.