Suspendido el partido ante el Racing por temor a un brote en el equipo cántabro

Era el partido más “esperado” en lo va de competición, en palabras del entrenador del Deportivo, Borja Jiménez, pero finalmente no se disputará por temor a que los tres contagios detectados en la plantilla del Racing de Santander deriven en un brote. Estratégicamente colocado un domingo a las siete de la tarde en el que no hay fútbol de Primera División, con la previsión de que Riazor presentase una de las mejores entradas de la temporada, iban a enfrentarse dos de los equipos que más lustre dan a la que debía ser la competición estrella de la Federación (RFEF). El proceso que desembocó en el aplazamiento del partido, sin embargo, expone las debilidades del campeonato que esta temporada sustituyó a la antigua Segunda División B.

El Juez Único de Competición, Rafael Alonso Martínez, decidió ayer por la tarde aplazar el partido entre el Deportivo y el Racing de Santander después de que el club cántabro presentara la solicitud el viernes por la existencia de dos positivos en su plantilla y el temor de que pudieran ser más con el paso de las horas.

El Racing efectuó ayer por la mañana más pruebas antes del viaje programado hasta A Coruña y no informó de nuevos contagios, pero la resolución de la Federación citaba “tres casos positivos”. Habría uno nuevo que se sumaría a los confirmados anteriormente de Íñigo y Soko.

La cifra está por debajo de las que hasta la fecha han desembocado en el aplazamiento de partidos en la competición, pero el Juez de Competición argumentó que el riesgo de un brote derivado del viaje hasta A Coruña, sumado a que en el Racing de Ferrol también se habían detectado contagios (jugó el miércoles en El Sardinero frente a los cántabros), recomendaba suspender el partido.

La Federación admitía así los argumentos del club cántabro, que remitió un informe en el que aseguraba que varios de sus jugadores presentaban “sintomatología compatible con la enfermedad” en las horas previas a tomar el autocar con destino a A Coruña a pesar de que las pruebas habían descartado nuevos positivos. La expedición racinguista ni siquiera se subió al bus a mediodía, como tenía previsto, a pesar de que la decisión del Juez de Competición no llegaría hasta varias horas después. “A la vista de las circunstancias reseñadas, previa valoración de la situación por parte de los servicios médicos de la RFEF, resulta procedente aplazar el encuentro Real Club Deportivo de La Coruña SAD-Real Racing Club de Santander SAD”, expone una resolución que deja interrogantes.

El Juez de Competición establece en su escrito que el Racing de Santander debe permanecer en cuarentena durante “7 días” desde la aparición del primer caso, que se produjo el miércoles después de recibir al Racing de Ferrol en El Sardinero.

Soko, máximo goleador del equipo cántabro, fue el primero en dar positivo. En aquel encuentro fue suplente y jugó en la segunda parte, pero en el tramo final tuvo que ser atendido debido a vómitos y mareos. A ese partido también fueron convocados dos canteranos (Jorrín y Yeray) que ayer jugaron con el filial a pesar de esa cuarentena mencionada por el Juez de Competición. Ambos habían pasado el COVID semanas antes.

Ambas circunstancias exponen lo precario de una competición bendecida como profesional y que sin embargo no dispone de un protocolo claro para este tipo de circunstancias que provoca todavía la pandemia. La Federación no articuló un mecanismo para que exista un criterio uniforme ni estableció un mínimo de casos positivos en una plantilla para decretar el aplazamiento de partidos.

En ese escenario surgen situaciones como la de ayer en el grupo del Deportivo, en el que además también se aplazó el encuentro que debía disputar el Racing de Ferrol contra el Rayo Majadahonda por varios positivos en el equipo que dirige el exdeportivista Cristóbal Parralo. El encuentro se pospuso poco antes del inicio previsto (17.00) con el equipo madrileño ya con varias horas de viaje por carretera a sus espaldas.