Entrevista | Mikel Balenziaga Excapitán y exjugador del Deportivo

Mikel Balenziaga se retira: “El ascenso con el Dépor ha sido el broche final a mi carrera, la mejor manera de terminarla”

El defensa ha decidido poner punto y final a su etapa como jugador tras un año en el Deportivo que le ha marcado

“Ha sido muy especial conocer el club y el sentimiento de pertenencia que tiene la gente”

Mikel Balenziaga, durante las celebraciones del ascenso en Riazor. |  // CARLOS PARDELLAS

Mikel Balenziaga, durante las celebraciones del ascenso en Riazor. | // CARLOS PARDELLAS

Marcos Otero

Marcos Otero

Mikel Balenziaga (Zumárraga, 1988) dejó abierta la posibilidad de alargar un poco más su carrera fuera del fútbol profesional cuando renunció al año de contrato adicional que se había ganado en el Deportivo después del ascenso. La vuelta a Segunda División con el equipo blanquiazul en una temporada en la que fue imprescindible para Imanol Idiakez en el lateral izquierdo, sin embargo, será el último capítulo de su larga trayectoria.

¿Se ha arrepentido algo en este tiempo de renunciar al año en el Dépor o sigo convencido?

Es una decisión que está muy bien pensada, meditada, y creo que era lo mejor para mí. Lo sigo pensando y de hecho he decidido dejar el fútbol.

Mantenía la duda de si continuar quizá en categorías no profesionales, ¿también lo ha descartado en estas semanas?

Era la duda que tenía, pero también ha descartado poder jugar en Primera RFEF, Segunda RFEF o Tercera RFEF.

En su despedida dijo que le atraían los banquillos, ¿le gustaría ser entrenador?

Me gustaría terminar los cursos porque creo que es algo que me podría gustar. Me gustaría formarme y saber si realmente es lo que me apetece.

¿Le llamaba la atención mientras jugaba esa otra parte?

Sí. A mí el fútbol me gusta muchísimo y lo que más voy a echar de menos a partir de septiembre, porque ahora en verano todo es más fácil, es el día a día. Entrenar, estar con los compañeros, respirar fútbol todos los días... Creo que por ese lado puede ser una buena baza para que eso no pase. Formarme como entrenador y echar una mano a un amigo que tengo aquí en un equipo. Me lo quiero tomar este año con tranquilidad, pero haciendo cosas también.

¿El papel de ojeador o secretaría técnica también le atrae?

Para eso hay que probar, para saber lo que a uno realmente le gusta, pero ahora en mi cabeza sí que creo que me va a gustar más ser entrenador que estar en unas oficinas. A mí lo que me gusta es el césped y estar con compañeros. Creo que me voy a decantar más por esa vía, pero lo digo sin tener experiencia.

¿Ya ha hecho ese ejercicio de echar la mirada atrás ahora que se retira para hacer balance?

Al final creo que he tenido una carrera muy buena, en mi opinión. Estoy muy orgulloso de todo lo que he podido hacer y de todas las personas que he conocido en el fútbol. También deportivamente he conseguido cosas de las que me enorgullezco. Echando la vista atrás han sido muchos años, años mejores, otros peores... Empecé con 18 años en Segunda B y 18 años después en la memoria pesan más los momentos buenos que los malos.

Nadie regala 12 temporadas en Primera División...

He tenido la suerte de poder estar muchos años en el Athletic y de que las lesiones me respetaran, no he tenido ninguna grave. Lo que está claro es que un jugador en la elite aguanta por méritos propios y en mi caso ha sido por ser constante y seguir trabajando en el día a día.

El trabajo a veces queda un poco por detrás del talento a la hora de evaluar a un jugador...

Yo lo que tengo claro es que el que tiene talento tiene una ventaja, pero la gente que tiene talento también tiene que trabajar. Hay muchos jugadores con talento que no tienen carreras de tantos años como las de otros. Yo tenía claro que para hacer una carrera larga en Primera División tenía que trabajar, no me quedaba otra. Para mí eso ha sido clave para mantenerme todos esos años en el Athletic.

Su carrera la ha marcado el Athletic, ¿pero qué lugar ocupa esta última temporada en el Deportivo?

Ha sido el broche final para mi carrera, terminarla de la mejor manera con un ascenso. Vine con esa ilusión, solo tenía eso en la cabeza, y lo pudimos conseguir. Eso deportivamente, pero lo que personalmente he vivido, y ha vivido también mi familia en A Coruña, ha sido súper gratificante por todo lo que he podido conocer de la ciudad y del club. Cuando fiché el año pasado recuerdo que hablé una hora durante el viaje, conduciendo hacia Coruña, con Eneko [Bóveda]. Él me puso un poco al día de lo que era el Dépor, lo que significaba, lo que me iba a encontrar... Realmente me encontré todo eso, pero multiplicado por diez. Es un club que llega mucho más allá de lo que creemos, con una gran masa social, una estructura totalmente de Primera División... La exigencia ha sido muy alta, pero también por todo lo que significa el Dépor.

¿Qué le contó entonces Eneko Bóveda?

Me lo comparó un poco con el Athletic, pero estando en Primera RFEF. Cuando te lo dicen yo ya me imaginé que era más de lo que me pensaba, pero al venir aquí se multiplicó muchísimo. Ha sido muy especial poder conocer el Deportivo desde dentro y sobre todo conocer el sentimiento de pertenencia que tiene la gente con el club.

A los jugadores no les deja de llamar la atención eso del deportivismo...

Es que yo ahora sigo todo lo que se cuenta del Dépor porque va a quedar en mi corazón para siempre. Sigo un poco el día a día y, habiendo estado un año allí, me siguen sorprendiendo muchas cosas. Por ejemplo estos días leí que se ha batido la cifra de socios, las listas de espera que hay... Esa ilusión que hay y que se ha generado este año es lo más bonito que puede haber en el fútbol.

Sin embargo la temporada empezó torcida, ¿cómo de complicados fueron aquellos meses hasta después de Navidad?

Más que momentos duros yo los calificaría de exigentes. Cuando ves que un equipo que está hecho para ascender, y en el día a día yo veía que teníamos un equipazo, y no salen las cosas eso se nota. No dábamos con la tecla, pero los de dentro estábamos muy convencidos de que lo podíamos sacar adelante. El fútbol nos dio la razón a todos con el ascenso.

Quien peor lo pasó fue Idiakez e incluso lo reconoció. ¿Siempre contó con el respaldo del vestuario?

Eso está claro, lo demostramos con hechos y con palabras. El de entrenador para mí es el trabajo más difícil del fútbol. Cuando las cosas van bien es mérito de todo el mundo menos del entrenador y cuando no funcionan es al primero al que se le señala. Ser entrenador es muchísimo más difícil que ser jugador hoy en día.

El equipo voló a partir de enero y la afición se enamoró de Mella y Yeremay. ¿Cómo fue el trabajo con ellos, sobre todo de los veteranos para que fueran creciendo y entendiendo lo necesario para triunfar en el fútbol?

Son dos talentos enormes y también dos aviones. Tienen potencial y margen de mejora. Son dos chavales que han sabido escuchar. En los momentos difíciles han estado respaldados y en cuanto el equipo comenzó a funcionar en parte fue gracias a ellos dos porque hicieron una temporada fantástica. Es una noticia muy positiva para todo el deportivismo.

El Dépor quiere orientarse hacia un modelo de cantera y en eso no hay nadie mejor que los equipos vascos, ¿qué necesita?

El club ha demostrado este año que confía en la cantera y la ha trabajado muy bien. Creo que va a ser la vía que quiere seguir de aquí en adelante. Potencial hay, tanto en el primer equipo como en las categorías inferiores. El secreto es tener paciencia y seguir trabajando como se ha hecho este año.

¿Dónde cree que estarán las aspiraciones del Dépor en Segunda División?

Nadie tiene una bola de cristal, pero el Deportivo puede ser un equipo muy competitivo en Segunda, más que nada por el bloque que trae ya de esta temporada. Yo soy optimista.