Entrevista | Brais Val Exjugador del Fabril

Brais Val: “Estoy convencido de que salgo del Dépor siendo mejor jugador”

El centrocampista se despide del club tras cuatro años en busca de un paso adelante

“Necesitaba dar ese saltito para seguir progresando y el Dépor no podía dármelo”

Brais Val, en la ciudad deportiva de Abegondo. |  // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA

Brais Val, en la ciudad deportiva de Abegondo. | // CASTELEIRO / ROLLER AGENCIA

Marcos Otero

Marcos Otero

Brais Val (Vigo, 2002) aterrizó en el Deportivo en el verano de 2020 después de formarse en las categorías inferiores de Celta y Valencia. Un año después se proclamaría campeón de España juvenil como referencia en el centro del campo de aquel equipo formado por los Trilli, Barcia, Yeremay, Jairo, Nájera, Mella o Noel. Cuatro temporadas más tarde, asentado ya en el Fabril, pone punto y final a su etapa en el club para dar en el Villarreal B un salto que aquí no tenía garantizado.

Cierra una etapa de cuatro años en el Dépor para empezar otra, ¿cómo ha sido la decisión?

Las despedidas no son sencillas. Llevo cuatro años en el Dépor y le coges cariño a los compañeros, al club... Despedirse no es fácil, pero llegan momentos en los que hay que mirar por uno mismo, intentar progresar y buscar salidas para seguir creciendo.

¿Entendía que en el Deportivo no podía encontrar ese siguiente paso?

Siempre he dicho que lo más lógico es que no todo el mundo pueda dar ese salto al primer equipo, es algo que entiendo y tiene que estar claro. El club, la dirección deportiva o quien sea elige a los jugadores que cree que están preparados para dar ese salto y conmigo no lo consideraban. Es totalmente respetable. Yo veía que en Segunda RFEF, a pesar de ser una categoría súper exigente, necesitaba dar ese saltito para seguir progresando. El Dépor no me podía dar ese salto y de ahí la decisión de salir para continuar con esa progresión.

¿Vio cerca ese último paso del primer equipo después de destacar desde su llegada como juvenil en aquella temporada que se proclaman campeones de España?

Desde que llegué al Dépor en los cuatro años solo he celebrado cosas. El primer año Copa de Campeones, el segundo [en 2022] el debut con el primer equipo, el siguiente el ascenso y en este último la permanencia. Cuando estás bastante en dinámica de primer equipo o lo estás haciendo bien en el filial claro que tienes esa esperanza o ilusión de llegar al primer equipo. Luego va pasando el tiempo y ves que igual no estabas tan cerca o las cosas cambian. Te queda esa espinita clavada de no poder culminar el ciclo, pero en el fútbol no todo sale rodado, hay que adaptarse y buscar soluciones.

Siempre dio la impresión de que esperó su oportunidad sin frustrarse, con madurez...

Siempre he tenido claro que es muy difícil y que no regalan nada. Aparte de trabajar hay esa pizca de suerte que no depende de ti. Siempre tuve claro que no es fácil dar ese salto, pero yo he trabajado al máximo para que se diese.

¿Qué cree que le faltó para que le llegase esa oportunidad en el primer equipo?

Es un poco todo. Quizá esa pizca de suerte, no haber tirado la puerta abajo cuando tenía que haberlo hecho, gustos personales... Cosas normales del fútbol que influyen. Me voy con la sensación de pena de no haber podido dar ese salto, pero lo respeto porque estoy súper agradecido al Dépor y no me voy con ningún mal sabor de boca ni mucho menos.

¿Con qué se queda de estos cuatro años en el Deportivo?

Si me tengo que quedar con un recuerdo sería la Copa de Campeones porque es lo más difícil de conseguir, pero no le quitaría nada de mérito a las últimas tres temporadas. Esta última permanencia con el Fabril, con todos los condicionantes que hubo, es de valorar. Quizá la gente lo veía como una obligación, pero desde dentro le das mucho valor. De todas las temporadas me llevo muy buen recuerdo, pero sin duda el más bonito es la Copa de Campeones.

¿Y futbolísticamente en qué ha evolucionado?

Siempre me he considerado una persona bastante madura, pero es verdad que en estos cuatro años he dado un salto y he aprendido a gestionar diferentes situaciones. He dado un paso adelante en aspectos físicos, trabajar más, entrenar más... Además todo lo que me ha inculcado el cuerpo técnico de Óscar [Gilsanz] y David Lagar, que he estado los cuatro años con ellos. Poco a poco, cada temporada, han intentando mejorar conmigo. Estoy convencido de que salgo del Dépor siendo mejor jugador o un jugador más completo por lo menos.

¿Qué representa el salto a Primera RFEF con el filial del Villarreal?

Me lo tomo como una gran oportunidad. Que un filial del nivel del Villarreal, que viene de descender de Segunda División, se fije en ti es una oportunidad. Sé que es un salto, porque no dejo de pasar de un equipo de Segunda Federación a otro de Primera Federación, pero estoy preparado. No podía decir que no, porque es un club que trabaja muy bien la cantera.

También conlleva exigencia, porque es un equipo recién descendido y que suele estar entre los aspirantes en Primera RFEF...

Eso a mí me gusta. Tener exigencia y objetivos ambiciosos me gusta. El Villarreal B tiene el objetivo de estar en zonas altas. Ahora es mi última temporada sub 23 y es una oportunidad muy buena, pero a partir del año que viene igual puedo dejar de estar en un club profesional, por así decirlo. Cada oportunidad de estas la intento aprovechar al máximo.

No conoce otra cosa que no sea ser futbolista desde pequeño con el único objetivo de ser profesional...

Desde pequeño mi sueño y objetivo es ser futbolista profesional. Cada año que pasa me doy cuenta de la dificultad que tiene, pero eso no se me va ir de la cabeza. Ser futbolista profesional es por lo que llevo entrenando toda mi vida y trabajo día a día para cumplir ese sueño.

¿Le queda la pena de que no fuera en el Dépor, especialmente con ese grupo de campeones juveniles que poco a poco se ha ido descomponiendo?

Sobre todo porque hicimos un buen grupo. Ya no es solo que dentro del campo nos entendiéramos muy bien, sino porque fuera éramos una verdadera piña. Nunca hubo malos rollos entre nosotros en estos cuatro años. Eso no suele ser lo normal. Es una pena que poco a poco nos estamos disolviendo, pero los buenos recuerdos siempre quedarán. Eso es lo bonito.