El presidente de Inditex, Pablo Isla, expuso ayer las cuentas del ejercicio 2017 ante la junta general de accionistas de la compañía -celebrada en Arteixo- y defendió el "sólido modelo de crecimiento" del grupo textil, que le ha permitido batir sus propios récords de facturación, beneficios, empleo e inversiones en los últimos ejercicios pese a la crisis económica. Sin embargo, uno de los hechos de los que se siente más orgulloso el directivo del grupo fundado por Amancio Ortega es la contribución que realiza la empresa a la economía gallega y española por el efecto sede. Entre ellos destaca la aportación fiscal. Inditex abonó el año pasado casi 6.000 millones en impuestos en todo el mundo -5.959 millones de euros entre tributos directos y recaudados- y cerca de un tercio de ellos -1.613 millones, el 27% de su desembolso- los abonó en España. Este peso de la contribución fiscal contrasta con la aportación del mercado español a sus ventas totales, que ronda "el 15% o el 16%", según detalló el propio Isla durante su comparecencia ante los accionistas. "La tasa efectiva del impuesto de sociedades roza el 23% por el efecto sede. La contribución tributaria es mucho mayor que las ventas por la exportación con valor añadido que genera nuestro equipo de diseño [de Arteixo]", detalló el ejecutivo de la multinacional textil coruñesa.

De hecho, Isla recordó que Inditex aporta más del 2% de la recaudación estatal por el impuesto de sociedades fruto del efecto sede y pese a haber "miles de empresas en el país" de considerable tamaño.

Ese efecto sede también se traduce en el recurso habitual a proveedores locales, más de 7.500 en España el año pasado, que facturaron al gigante de Arteixo cerca de 5.200 millones de euros, una cifra que sube hasta los 22.000 millones en los últimos cinco años.

En materia de empleo, Inditex cerró el pasado ejercicio con más de 171.000 trabajadores en todo el mundo de 97 nacionalidades. Una plantilla de la que Isla destacó su "talento creativo, autoexigencia, capacidad de trabajo en equipo y una fuerte orientación al cliente", por lo que agradeció su compromiso. "La diversidad, la igualdad de oportunidades y el desarrollo profesional definen la relación en Inditex con nuestras personas. La empresa la formamos todos y la hacemos entre todos", aseveró el presidente de la firma fundada por Amancio Ortega. Inditex creó en 2017 casi 9.600 puestos de trabajo, 2.480 de ellos en España, unas cifras que suben hasta los 51.500 empleos generados en todo el mundo -10.000 en territorio nacional- si se miran los últimos cinco años.

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Junta de accionistas de Inditex

Los resultados presentados por Isla a los accionistas son los mejores de la historia de la compañía fruto de ese constante crecimiento y del "modelo integrado de tiendas físicas y online". Las ventas del grupo alcanzaron el año pasado los 25.336 millones de euros, lo que supone un repunte del 9% en relación con 2016 y del 59% en los últimos cinco años. De ellas, el 10% corresponde ya a los pedidos a través de internet, tras un incremento del 41% en 2017, y suponen alrededor del 12% en los países en los que el grupo tiene plataforma online. Mientras, los beneficios de Inditex ascendieron el año pasado a 3.368 millones, un 7% más que en el ejercicio precedente.

Precisamente, el presidente de la textil coruñesa destacó la "solidez del modelo de negocio integrado de tiendas y online", lo que permitió a la compañía lograr "un crecimiento sostenido a lo largo de los años y una permanente creación de valor económico, social y medioambiental".

Este modelo integrado implicó que Inditex aumentase un 7,4% su superficie comercial en 2017 y que cerrase el ejercicio con 7.475 tiendas "en las mejores localizaciones comerciales" de 96 mercados. Mientras, la venta online está ya disponible en 47 mercados tras la llegada de zara.com a India, Tailandia, Malasia, Vietnam y Singapur durante el pasado ejercicio y a Australia y Nueva Zelanda en los primeros meses de 2018.

Isla también subrayó la constante inversión de la compañía que preside, tanto en innovación como en tecnología, con la finalidad de mejorar el servicio a los clientes y que la respuesta a sus demandas sea cada vez más rápida. "Las características del modelo integrado y la constante inversión permiten introducir innovaciones 100% centradas en el cliente", detalló el presidente del grupo textil. Esas inversiones ascendieron a 1.800 millones el año pasado y a casi 8.000 millones en el último lustro. Entre las innovaciones y avances tecnológicos introducidos en los últimos ejercicios destaca la tecnología RFID -de identificación por radiofrecuencia de las prendas-, que permite a Inditex "dar otro paso en la integración del stock de tiendas y online" al tener perfectamente controlado el número de productos que hay en cada establecimiento. El grupo ya completó la implantación de esta tecnología en todas las tiendas de Zara y está en proceso de hacer lo mismo en Massimo Dutti y Uterqüe. La previsión es que la tecnología RFID esté totalmente operativa en el resto de enseñas de la compañía en 2020.

Al margen de la junta de accionistas, Inditex rechazó ayer readmitir a las trabajadoras eventuales de A Coruña que, según la Inspección de Trabajo, debían ser convertidas en indefinidas. El sindicato UGT aseguró que las afectadas son "alrededor de 60" y denunció que la textil se negó, en los juicios celebrados en Santiago, a reincorporar a las trabajadoras -"a no ser que haya una sentencia de un juez", según el sindicato- y solo se mostró dispuesta a ofrecer la indemnización correspondiente por un despido improcedente.