Luján Palacios.A Coruña

Ramón Tamames (Madrid, 1933) es uno de los economistas de referencia en España. Técnico comercial y economista del Estado desde 1957, por oposición, es catedrático de Estructura Económica desde 1968. Fue diputado a las Cortes constituyentes de 1977 por el PCE y es firmante de la Constitución española de 1978.

-Todo el mundo dice que se avecina una crisis económica.

-Europa tiene todavía un complejo de inferioridad, no valoramos lo que somos. Estamos aún sometidos al espejismo de que la locomotora de la economía mundial es EEUU, y ya no es tan cierto. Ahora hay una novedad que son los países emergentes y ahí se está creando una fuerza económica que está cambiando el centro de gravedad de la economía mundial. EEUU no es lo más importante para nosotros. Lo que pasa es que tenemos un Banco Central que todavía no reflexiona por cuenta propia. Nos estamos dejando arrastrar por una crisis de hipotecas basura en EEUU y por tendencias levemente recesivas de la economía norteamericana como si fuera nuestro Norte, y ya no lo es.

-¿Entonces no hay crisis?

-La crisis es, sobre todo, mediática y los medios no se han dado cuenta de que hay una nueva economía mundial. Tenemos una crisis de mentalidad, no nos hemos dado cuenta del mundo en el que vivimos. Además, EEUU sigue creciendo, con lo que no sé por qué tiene que haber la idea de que la burbuja inmobiliaria produzca una hecatombe.

-Pero el dólar está experimentando una caída constante.

-Si el dólar sigue cayendo va a ser muy grave, porque los bancos centrales de los países emergentes tienen gran parte de sus activos de reserva en dólares. Podría cundir el pánico de cambiar por euros de forma masiva y llegar a una cotización de 1,60 dólares por euro, lo que dificultaría mucho nuestras exportaciones. Eso sí generaría la psicosis de que EEUU va a entrar en recesión.

-¿Qué implicaciones tendrá esa bajada del dólar?

-Estados Unidos ya está disminuyendo sus importaciones y, si las reduce mucho, puede entrar en crisis la propia China. Estamos ante una situación en la que el G-8 se tendría que reunir urgentemente y tomar decisiones para reequilibrar la economía mundial, sujetar el dólar e impedir que el euro siga subiendo.

-¿Por ejemplo?

-En unos días, bajar los tipos de interés al 3,5, por ejemplo. Para nosotros que siga subiendo el euro es muy negativo. Hay que enfriar la crisis, que haya un concierto mundial y se empiece a pensar en ir a una moneda única.

-¿Estados Unidos aceptaría?

-La moneda única es una necesidad. Si pensamos que tenemos un mundo globalizado y unas normas de comercio mundial y de inversiones y servicios financieros, la moneda también tendrá que globalizarse y habrá que empezar a trabajar seriamente por ello. Esto lo está planteando mucha gente, incluso en EEUU, porque este país ya no se puede permitir guerras preventivas en las que invertir.

-¿Los países emergentes también influyen en el alza de precios?

-Estos países también consumen cereales, azúcar, leche... todo lo que está subiendo de precio. Además, como la política agraria común ha sido tan restrictiva, con la retirada de tierras del cultivo para que no hubiera tantos excedentes, la retirada de vacas de producción lechera o la eliminación de cepas para que no haya tanto vino, en cuanto la demanda ha subido y, además, hay especulación, tanto los cereales, como la leche y el vino suben.

-¿Cómo se puede combatir?

-Lo podemos combatir ahora por primera vez en la historia con una política mundial concertada. Tiene que reunirse el G-8 con China o crear una conferencia económica mundial, porque esta situación no se puede solucionar fácilmente. Durante una temporada seguirá subiendo todo. Zapatero ha dicho que en noviembre se empezarán a contener los precios, eso depende. Depende de que haya un conato de política global a escala mundial.