El secreto para 63 años de amor: “Mucha paciencia y no insultarse”

Una veintena de usuarios de la residencia Portazgo participan en la primera jornada de paseos de la Asociación En Bici sin Edad Galicia

Gustavo y Paz, ayer en un paseo en O Burgo. |   // L.O.

Gustavo y Paz, ayer en un paseo en O Burgo. | // L.O.

Paz Duarte y Gustavo Jiménez eran de Os Mallos en A Coruña, pero se conocieron y se enamoraron en Venezuela. Ella emigró con 22 años, en busca de un futuro mejor, y porque en ese país una hermana había abierto una pensión. En ese hospedaje fue donde conoció a Gustavo. Hace 23 años regresaron a Galicia, ante la situación económica y social del país y porque su hijo realizó el camino contrario, el de emigrar de Venezuela a A Coruña. Llevan 63 años de feliz matrimonio, lo que se nota a simple vista en cómo se besan y acarician. ¿El secreto? “Mucho amor, mucha paciencia y no insultarse”, destaca Paz. Esta pareja de 90 y 83 años, respectivamente, fueron dos de las alrededor de veinte personas que ayer participaron en la primera jornada de los paseos en triciclo eléctrico que organiza la Asociación En Bici sin Edad Galicia, con sede en O Temple (Cambre), y que se realizaron por el paseo marítimo de O Burgo (Culleredo).

Esta iniciativa se desarrolló ayer con usuarios de la residencia de mayores Portazgo. Había tantas ganas de paseo que a algunos mayores no se les daba pasado el tiempo para su turno. Amigas como Matilde de 93 años y Pura de 89, fueron otras de las personas que se sumaron a esta iniciativa que nació inspirada en un movimiento surgido en Dinamarca. Un grupo de voluntarios, con una formación previa, lleva estos triciclos para una y dos personas, en una ruta de una hora. Se ofrecen a mayores y personas con movilidad reducida.

El objetivo es ofrecerles una posibilidad de oficio olvidándose de la barrera de la movilidad o la edad, combatir la soledad, promover el envejecimiento saludable, mejorar la calidad de vida y generar un vínculo intergeneracional, según destaca Silvia Lucchi, presidenta de la asociación. Los triciclos se adquirieron con fondos europeos Leader a través del Grupo de Desarrollo Rural (GDR) Mariñas-Betanzos.

“Ha sido una experiencia muy gratificante. Vas con pedal asistido y es solo una hora, no te quita nada de tiempo, y sin embargo para ellos es una experiencia increíble. Lo han pasado genial. Han venido personas con perfil muy distinto, mayores, con discapacidad física o psíquica...Yo llevé al matrimonio que llevaba 63 años casados y era increíble la complicidad que tenían. Ella le indicaba mira, allí está el puente, señalando. Te cuentan sus vidas. Han terminado contentísimos. La trabajadora social dijo de una de las mujeres de la residencia que nunca la había visto reír tanto. Al final esta iniciativa también supone un estímulo psicoemocional importante”, subrayó Diego Villar, un policía local en O Grove, residente en Culleredo, que se apuntó como voluntario a pedalear para lograr la sonrisa y la emoción de los usuarios de la residencia.

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