Opinión

Presas fáciles

Si la vida es un infierno, el cielo es la ilusión de un techo, comida, un trabajo y no pasar frío. Con coacciones, amenazas y fraudes, las reclutan en países inmersos en conflictos armados o graves crisis humanitarias. La pobreza extrema y la falta de oportunidades empujan los desplazamientos masivos. Engañadas u obligadas, explotarán su desesperanza. Comerciarán con ellas, porque son vulnerables, presas fáciles.

La trata de personas en el siglo XXI es una forma de esclavitud moderna, un crimen organizado desde la corrupción, que mueve tanto dinero como la droga y que afecta a millones de personas, especialmente mujeres jóvenes y niñas. Las tratan como simples cuerpos prostituidos para el regocijo sexual de terceros y para crear contenidos pornográficos. Son usadas también para trabajos forzados u obligadas a delinquir. Cuerpos de los que, en otra faceta desgarradora de la explotación, algunos traficantes extraerán sus órganos vitales, que cotizan muy bien en el mercado negro.

Los proxenetas obligan a las mujeres a vivir en entornos insalubres, a menudo con otras mujeres esclavizadas como ellas, o bien con sus dueños empleadores. Escasa higiene, fatiga, privación del sueño, falta de atención en enfermedades y heridas las conducirán a la desolación. Y de ahí a las disfunciones físicas, la depresión, la ansiedad, el estrés sostenido y las ideas suicidas.

Hay que aplaudir a las entidades que acogen y apoyan a las mujeres esclavizadas para que recuperen su autoestima y su dignidad. Les ofrecen educación, afecto y relaciones seguras para que dibujen una nueva vida en libertad. Sería deseable una mayor gobernanza efectiva de los estados para perseguir y sobre todo para detectar y prevenir la trata de personas. Y, sin duda, debemos continuar dando la voz a quienes sufren el tráfico de personas y hablar ello en los medios para aumentar nuestra conciencia social. Solo una respuesta integral y coordinada es eficaz. La trata de blancas ocurre cerca de casa y afecta a seres humanos que son personas como tú y como yo.

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