El verano pausa los hábitos saludables

Seis de cada diez gallegos abandonan sus patrones nutricionales habituales con la llegada del buen tiempo | Las vacaciones estivales se saldan con cinco kilos de más y un aumento del colesterol

El verano pausa los hábitos saludables

El verano pausa los hábitos saludables

ágatha de santos

Seis de cada diez gallegos modifican sus hábitos de alimentación en el verano, según la Encuesta sobre Hábitos de Nutrición en España. Los cambios más extendidos en la dieta de los consumidores son el aumento de la ingesta de líquidos (72%), de frutas y verduras (71%) y de alimentos más refrescantes (68%). Sin embargo, también muestra que durante esta estación son menos estrictos con las dietas. De las personas que declaran seguir una dieta durante el año, un 45% afirma que la modifica y la sigue menos y, un 22%, constata que deja de seguirla durante estos meses. Sólo un 9% asegura seguir una dieta específica durante el verano.

Asimismo, muchos de quienes realizan algún tipo de ejercicio, también disminuyen su frecuencia e incluso lo abandonan. Los cambios de horario, los compromisos sociales y el cambio de residencia durante las vacaciones son algunas de las razones de estos cambios de hábitos. El Instituto Europeo de la Obesidad alerta que, de media, los españoles aumentan de peso hasta cinco kilos durante las vacaciones, lo que revela la necesidad de mantener los hábitos saludables también a lo largo de los meses estivales.

Además, los excesos que se comenten durante el verano también pueden aumentar los niveles de colesterol (total, HDL y LDL) y los triglicéridos, relacionados con un aumento del riesgo cardiovascular. La clave está, aseguran los expertos, en encontrar un equilibrio que permita disfrutar de planes, cenas y salidas sin necesidad de excederse. En este sentido, la nutricionista y doctora en Farmacia Amil López Viéitez recomienda priorizar las comidas ligeras y frescas, como ensaladas y frutas y mantener cierto grado de actividad física

“La alimentación debe adaptarse a los nuevos horarios de comidas y a las altas temperaturas, que con frecuencia reducen el apetito. Los alimentos más interesantes para esta época son los saciantes, hidratantes y que aporten vitalidad, proteínas magras, minerales, vitaminas y antioxidantes”, explica.

No es bueno excederse con ningún alimento, por muy sano que sea. “En verano solemos abusar de la fruta de hueso (melocotón, nectarina, albaricoque, ciruela, peladillo…), melón, sandía, etcétera, con la consiguiente elevación del azúcar en sangre (hiperglucemia), que a su vez desestabiliza el apetito y favorece el aumento de peso y de colesterol”, afirma.

Viéitez añade que en esta época suelen consumirse, además, más alimentos ricos en azúcares ocultos (postres, helados...), sodio (snacks salados, comida rápida…), grasas saturadas y trans y alcohol, lo que también contribuye al aumento de peso.

También es importante hacer ejercicio siempre que el tiempo lo permita. El verano es una época perfecta para practicar natación y para la actividad física al aire libre: caminatas, correr, bicicleta... Pero no sólo hay que prestarle atención a la alimentación y al ejercicio, durante los meses de calor es importante mantener una correcta hidratación y estar atentos especialmente a niños y personas mayores, que en muchas ocasiones no perciben de forma adecuada el reflejo de la sed. Por eso, recomienda ofrecerles agua de vez en cuando, aunque no la demanden, especialmente en días de mucho calor.

Con la vuelta a la rutina tras el verano, se recuperan los hábitos habituales. Las razones más esgrimidas por las 1.600 personas encuestadas por Aldi para este estudio de Aldi son llevar un estilo de vida más saludable (53%) y bajar de peso (43%). Asimismo, los principales cambios que se hacen son la reducción de azúcares (60%), y priorizar productos frescos frente a productos procesados (42%) y los alimentos bajos en grasas (37,6%).

El principio y el final del verano son dos momentos en los que muchas personas se plantean bajar de peso y en los que proliferan las “dieta milagro”. “Cada cierto tiempo surge una nueva dieta presumiblemente revolucionaria que anima a grandes masas de personas con sobrepeso a seguirlas a rajatabla por sus aclamados resultados. Dietas a base de batidos, hiperproteicas, cetogénicas… Cualquier dieta que no aporte todos los macro y micronutrientes que el cuerpo necesita debe ser desechada. Es posible que se pierda peso, pero a expensas de la salud y, además, éste se recupera más pronto que tarde”, dice.

Cada vez hay más evidencia sobre los efectos de la alimentación en la salud física. Ahora, un estudio pionero sobre la química y estructura del cerebro y la calidad de la dieta, realizado por la Universidad de Reading, la Universidad de Roehampton y el Kings College de Londres, en Reino Unido, y Friesland Campina, en Países Bajos, publicado en la revista Nutritional Neuroscience muestra que una dieta de mala calidad también podría provocar cambios cerebrales asociados a la depresión y la ansiedad.

Cuando una persona lleva una dieta de mala calidad, se reduce el ácido gamma aminobutírico (GABA) y se eleva el glutamato —ambos neurotransmisores, junto con un menor volumen de materia gris— en la zona frontal de su cerebro. Esto podría explicar la relación entre lo que comemos y cómo nos sentimos.

Cuidarse de la cabeza a los pies

Usar protección solar y no exponerse al sol en las horas centrales del día es fundamental para evitar problemas como el melanoma, un cáncer de piel muy agresivo. Pero el sol no sólo puede pasar una mala pasada a nuestra piel. La salud visual también puede resentirse. Para reducir la posibilidad de aparición de algún daño en la visión por una mayor incidencia a la radiación solar ultravioleta, el Colexio Oficial de Ópticos Optometristas de Galicia recomienda utilizar gafas de sol homologadas, adquiridas en las óptica, para que cuenten con un control sanitario de un óptico optometrista y desaconsejan totalmente las gafas de sol que se adquieren en bazares, top manta o en promociones de algunas páginas de internet, así como las que llegan de regalo con muchas revistas. En concreto, los ópticos optometristas gallegos recomiendan usar gafas de sol polarizadas para una mejor definición. Asimismo, recuerdan que esta protección debe llevarse también en días nublados. “Las nubes reflejan de manera más difusa los rayos solares, por lo que es necesario conocer el índice de radiación UV del día y protegerse”, indican. El verano es también la época por excelencia de las grandes celebraciones: bodas, bautizos y comuniones, en las que es frecuente el uso de tacones. “No aconsejamos un uso habitual y, de hacerlo, no deben superar los cuatro centímetros y deben tener horma ancha y ser de cuña”, afirma la presidenta del Colexio Oficial de Podólogos de Galicia, Ana Requeijo. Para intentar minimizar las complicaciones podológicas, recomienda comprar zapatos de calidad, llevar siempre unos de repuesto y realizar ejercicios de relajación y baños de contraste de agua fría y caliente tras su uso.

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