Identifican marcadores de la microbiota vinculados al trastorno del espectro autista

Los investigadores, que analizaron muestras fecales de 1.600 niños, proponen 31 especies de microbios que podrían ayudar a diagnosticar el autismo antes y plantear posibles tratamientos

Personas con autismo se forman en agricultura en un centro de la Fundación Menela en Nigrán.

Personas con autismo se forman en agricultura en un centro de la Fundación Menela en Nigrán. / M.G.B.

Rafa López

Los microorganismos de nuestra microbiota intestinal podrían ayudar a detectar con antelación el trastorno del espectro autista (TEA), cuyo diagnóstico se realiza actualmente en base a patrones de comportamiento que tardan en aparecer. Así lo plantea una investigación realizada por científicos chinos y publicada ayer en Nature Microbiology. Los investigadores, de la Universidad China de Hong Kong y del Microbiota I-Center de la misma ciudad asiática, analizaron muestras fecales de 1.627 niños (el 24.4% niñas) de entre 1 y 13 años, con y sin TEA, y hallaron en la microbiota intestinal de menores un total 31 marcadores biológicos asociados con el TEA. A mayores, los expertos consideran que la modulación de la microbiota podría abrir una puerta a nuevos tratamientos.

Al contrario que otros estudios, este trabajo (Qi Su et al.: Multikingdom and functional gut microbiota markers for autism spectrum disorder) no se limita a analizar las bacterias del microbioma, sino que aborda otros microbios de nuestro intestino, como arqueas (otro reino de microorganismos unicelulares), virus y hongos. “Los análisis integrados revelaron que 14 arqueas, 51 bacterias, 7 hongos, 18 virus, 27 genes microbianos y 12 vías metabólicas estaban alterados en los niños con TEA”, señalan los investigadores, que concluyen que sus hallazgos “resaltan la aplicación potencial de marcadores de microbiota intestinal funcionales y de múltiples reinos como herramientas de diagnóstico no invasivas en el TEA”.

“Que los niños con espectro de autismo tienen una microbiota intestinal diferente se conocía hace tiempo —declara a Science Media Centre (SMC) España Toni Gabaldón, profesor de investigación ICREA—, pero la mayor parte de estudios se basa en el análisis del componente de bacterias”. Gabaldón subraya que el estudio “encuentra algunas rutas metabólicas implicadas en síntesis de neurotransmisores, lo cual establece una hipótesis interesante sobre una posible relación funcional, que debería establecerse en futuros estudios”.

Neurotransmisores

Se sabe que la microbiota intestinal puede producir o estimular la producción de neurotransmisores tan importantes como la serotonina, relacionada con el control de las emociones y el estado de ánimo; y la dopamina, fundamental para la función motora, la cognición, la motivación y el humor de una persona.

Toni Gabaldón, que no participó en este estudio pero tuvo acceso a él, opina que “adoptar biomarcadores tempranos que pudiesen ayudar a detectar el autismo antes podría facilitar el inicio de terapias más tempranas. Si hay cambios metabólicos que influyen en la progresión de los síntomas y pudieran compensarse mediante dietas o uso de probióticos, la modulación de la microbiota se abriría como una puerta para nuevos tratamientos que mejoren algunos aspectos”, anticipa.

“Este tipo de estudio exhaustivo con cohortes de control adecuadas y variadas es muy necesario para continuar estudiando en profundidad el eje intestino-cerebro en el trastorno del espectro autista”, apunta a SMC Ruth Ann Luna, directora de Metagenómica Médica del Centro del Microbioma del Texas Children’s Hospital (EEUU). “La única pieza que falta es un perfil conductual exhaustivo, que es especialmente importante a medida que comenzamos a evaluar cómo muchos de estos hallazgos se aplican específicamente a individuos con TEA severo o profundo”, añade.

Por su parte, Mireia Vallès Colomer, jefa del Microbiome Research Group de la Universitat Pompeu Fabra (Cataluña), señala a SMC que este estudio “confirma que la dieta explica parte de las alteraciones del microbioma, pero incluso después de controlar este factor, se siguen detectando diferencias”.

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