Los vikingos causan furor en el Gaiás

La exposición Una vida vikinga, abierta desde el jueves en el Museo Centro Gaiás, ya ha agotado las plazas de las primeras 32 visitas guiadas (ayer solo había 4 huecos libres de 704). Esta muestra de entrada libre ofrece 120 piezas, “muchas inéditas en España”, según la comisaria, Irene García Losquiño, investigadora de la Universidad de Santiago. Este regreso de los vikingos a Galicia busca, desde una perspectiva histórica, romper los clichés amplificados por el cine y la televisión. “Por ejemplo, los vikingos no llevaban casco con cuernos, esa imagen se la debemos a Wagner”, dice la comisaria en alusión a la influencia de la ópera La valquiria (1870) en el imaginario popular.

La inauguración estuvo encabezada por el conselleiro de Cultura, Lingua e Xuventude, José López Campos, para quien se trata “de una de las mayores exposiciones hechas en España sobre cultura vikinga”. Esta muestra remite a otra previa de 2016 en el MARQ (Museo Arqueológico de Alicante), si bien la apuesta compostelana tiene un matiz extra, el documentado paso de los vikingos por Galicia, que ocupa uno de los cinco apartados; el resto aborda las etapas vitales de la población vikinga: infancia, juventud, madurez y muerte, retratando el día a día de aquellos pueblos navegantes escandinavos que, entre los siglos VIII y XI, “fueron igual hasta lo que hoy es Ucrania que a Terranova”, concretó la experta en la visita guiada con la prensa ante cofres, broches, juguetes, colgantes, monedas, juegos, piezas funerarias, detalles de vestimenta, peines con funda, espadas, varas de profetisas, calderos, huesos usados como cuchillas de primitivos patines sobre hielo, pinzas de depilar... Y a todo ello se suma la reproducción en cartón de una embarcación de 16 metros descubierta en Roskilde (Dinamarca), recreación obra del estudio Cenlitros Roskilde (de Milladoiro), y un corto con dibujos de David Rubín inspirado en un poema nórdico (con voz de la actriz Soledad Felloza).

“Eran una cultura de exportar e importar cosas e ideas, que era capaz, por ejemplo, de practicar lobotomías con éxito” y que, a veces, en caso de personas muy importantes, daba pie a entierros con barco y ajuar como resumen del poderío: “Hay algún caso donde aparecen dos personas enterradas junto al barco, la segunda, quizá sacrificada”.

Respecto a Galicia, durante el siglo X, hubo campamentos vikingos en las orillas del río Ulla, “y el movimiento por el interior les permitió llegar a Santiago y más al noreste de Galicia”. Respecto a los vikingos en Santiago, “no tenemos datos de presencia permanente. En el resto de Galicia sí tuvo que haber algún tipo de presencia permanente o semi permanente...”, apunta. Por fama, en Galicia, esa presencia tiene por capital a Catoira, gracias al eco de su romería temática, fiesta profana cuya tradición se remonta a 1960, y eje de su famoso desembarco, que este año se hace el 4 de agosto.

La exposición incluye un pequeño fragmento de una vieira encontrada en Sigtuna (Suecia), “posiblemente relacionada con las peregrinaciones a Santiago durante el siglo XII”, y además otras huellas gallegas como una placa granítica hallada en la ermita de las Torres del Oeste de Catoira, y cuya inscripción advierte del peligro de las incursiones nórdicas. También hay otras menos apegadas a la historia y más a la leyenda, como el báculo del obispo Gonzalo de Mondoñedo.

Irene García Losquiño, doctora en Estudios Escandinavos por la Universidad de Aberdeen, dio las gracias al equipo de profesionales del Gaiás, en alusión al mar de contactos y cautela que ha exigido esta muestra con 120 piezas históricas y arqueológicas procedentes de instituciones museísticas de Suecia, Dinamarca, Francia y España, entre ellas cuatro Museos Nacionales y una Biblioteca Nacional, y que estará abierta hasta el 5 de enero de 2025 de martes a domingo.

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