La propietaria de la casa de Oza-Cesuras utilizada como criadero ilegal: “Está inhabitable, hay que tirar todo por dentro”

Toma posesión de la vivienda tras meses de pleitos y se enfrenta a su exinquilina por daños, impagos, maltrato animal y falsedad documental | El Seprona también presenta cargos

Ana Cotos en una de las estancias de su vivienda, llena de basura.

Ana Cotos en una de las estancias de su vivienda, llena de basura. / L.O.

Tras un largo periplo judicial, Ana Cotos ha recuperado la casa de Filgueira de Barranca, en Oza-Cesuras, que alquiló hacer seis años como vivienda y que fue utilizada como criadero ilegal de perros. Fue una victoria amarga. Basta decir que el notario encargado de levantar acta de la toma de posesión fue incapaz de traspasar el umbral: “Cuando vio aquello, nos dijo: ‘yo aquí no entro’”, relata la propietaria de esta “casa de los horrores”, como ha pasado a conocerse en la zona.

“No me gusta que la llamen así, es el lugar en el que fui más feliz. Mis padres trabajaron solo para esto”, lamenta la mujer mientras pasea la mirada con desolación por el interior de su vivienda. O lo que queda de ella. Restos de perros muertos, excrementos y desperdicios de todo tipo se acumulan en las estancias. ”Esta era la cama de mis padres”. Sobre la colcha, huesos,supuestamente de un cachorro, y basura.

Estado de uno de los baños, en el que se acumulan todo tipo de desperdicios

Estado de uno de los baños, en el que se acumulan todo tipo de desperdicios / L.O.

“Está inhabitable. Hay que tirar todo por dentro, dejar solo las paredes, está todo contaminado”, lamenta la propietaria, que cuenta que ha tenido hacer frente a pagos de 5.000 euros por impagos de luz y agua y que deberá afrontar ahora otro gasto de cerca de 7.000 euros para la limpieza de la vivienda.

El caso de este criadero irregular de perros en la pequeña aldea de O Vilar, en Oza-Cesuras, dio pie a la denominada operación Holzer. La Guardia Civil entró en la vivienda tras las denuncias vecinales por el fuerte hedor y se encontró la casa totalmente infestada de pulgas y varios cadáveres de perros y gatos.

Coincidiendo con esta incursión del Seprona, desapareció sin dejar rastro el perfil de las redes sociales en el que se promocionaba este criadero, que se anunciaba como “cría responsable de border collie: funcionalidad y belleza”. El instituto armado constató que el negocio carecía de autorización e interpuso una denuncia por maltrato animal, todavía en curso.

Restos de dos perros en la cocina de la vivienda.

Restos de dos perros en la cocina de la vivienda. / L.O.

La propietaria de esta vivienda se ha personado en esta causa penal, a la que se ha sumado también la Fiscalía, según informa la defensa letrada. La dueña del inmueble exigirá una reparación por daños y está inmersa en otro procedimiento contra la que fue su inquilina por estafa procesal y falsedad documental. Y es que el abogado afirma que la denunciada presentó en el juicio documentos falsos para intentar probar que había abandonado la casa un año antes de mutuo acuerdo con la propietaria. La ya ex inquilina se ha declarado hasta ahora inocente de todos los cargos.

A la espera de una resolución judicial, Ana Cotos inicia los contactos para intentar recomponer la casa: “La quiero salvar, pero todo son gastos...”, cuenta esta mujer, que pone el acento en el daño personal: “La manera de acabar conmigo era hacerme esto”, afirma.

Queda por delante una larga instrucción. La Guardia Civil mantuvo hasta ahora que este criadero carecía de las preceptivas autorizaciones y que su gestora había sido denunciada “en reiteradas ocasiones”. A consulta de este diario, la Xunta avanzó hace meses la apertura de un expediente sancionador a este criadero por carecer de autorización para la venta de animales de compañía y no estar inscrito en el Rexistro Galego de Núcleos Zoológicos.

Suscríbete para seguir leyendo